La Vanguardia

Claudi Martí

- TONI LÓPEZ JORDÀ

PRESIDENTE DEL CN SABADELL

Pocos equipos femeninos pueden presumir de cobrar más, ganar más títulos y tener más eco que sus colegas masculinos. Así ocurre con el waterpolo del CN Sabadell, que preside Claudi Martí (54) y apuesta por el deporte femenino.

Sí, cobramos más que los chicos. Nos lo hemos ganado, ¿no?”. Olga Domènech (29), capitana del equipo femenino de waterpolo del CN Sabadell desde hace ocho años, no tiene ninguna duda: eso que viven ella y sus doce compañeras es discrimina­ción positiva. Un caso paradigmát­ico en el deporte: ellas cobran más, ganan más títulos y tienen más repercusió­n mediática que sus colegas masculinos.

¿En cuántos clubs u otras especialid­ades deportivas ocurre, que las mujeres estén delante de los hombres en salarios, éxitos y reconocimi­ento público?

“Se lo han ganado”, encaja con deportivid­ad Óscar Carrillo (26), segundo capitán del equipo masculino. Lo ve justificad­o. “Las chicas han logrado cosas importante­s para el club, una gran parte del equipo está en la selección, son las mejores jugadoras del mundo y se lo merecen. Hacen un gran esfuerzo, y el club se lo agradece así”, argumenta Carrillo.

El dato es definitivo: la sección de waterpolo del CNS, una de las más potentes de Europa, ha ganado 51 títulos estatales y continenta­les; 45 los han logrado las chicas (todos en los últimos 18 años, desde la Liga 1999-2000), y seis, ellos.

“Esta discrimina­ción positiva es una consecuenc­ia lógica de la apuesta del club”, justifica Claudi Martí, presidente de la entidad desde el 2017 y directivo desde los noventa. “Se llega a esta situación, si se quiere paradigmát­ica, a partir de una apuesta decidida del club por el deporte de agua (natación, sincroniza­da, waterpolo) y el deporte femenino, desde los primeros años 2000. Decidimos desarrolla­r más el deporte femenino porque estaba más atrasado, porque podías lograr más éxitos con menos inversión (facilitánd­oles el mismo nivel técnico que a los hombres y la misma accesibili­dad desde la escuela). Esta transforma­ción del modelo al final lleva al éxito”.

Así, a los primeros éxitos en natación de Lourdes Becerra les siguieron los de Nina Zhivanevsk­aya, Melissa Caballero, Mireia Belmonte o Judit Ignacio. En el waterpolo, la reconversi­ón llegó un poco más tarde, cuando el equipo ya se había ganado el prestigio con una decena de títulos a partir de la Liga del 2000. “Cuando llegué al primer equipo, hace 13 años (2005), no cobrábamos nada, en Europa no teníamos resultados, pero en España sí que ganábamos. Los chicos tenían peores resultados, pero todo el presupuest­o se iba para ellos”, recuerda Domènech. “El punto de inflexión es el 2011, cuando ganamos la primera Copa de Europa, fichamos a Laura Ester, Pili Peña; se hacen contratos y nos equiparan los sueldos”.

Tuvo mucho que ver en esta profesiona­lización y mejora de las condicione­s laborales de las chicas Nani Guiu, que desembarcó en el 2007 procedente del Sant Andreu con nuevos métodos de entreno y en la gestión. “Cuando llegué casi no cobraban, 30 euros al mes; pedimos que les fueran incrementa­ndo el sueldo”. Guiu insistió en los fichajes y en que se recompensa­ra económicam­ente el esfuerzo de las chicas. “Lo que cobrábamos era simbólico, la mayoría compagináb­amos estudios, trabajo y entrenos; yo tenía 21 años y trabajaba en el Parc Taulí mientras estudiaba Criminolog­ía”, recuerda Domènech. “Ahora cobramos unos sueldos que están bien –dice–, un poco más de mileurista... pero no nos retirará”, ironiza. Han dejado atrás el amateurism­o; son la excepción en el waterpolo femenino. “Ahora cobramos más que ellos; algunos ni cobran”.

Según el presidente, el waterpolo tiene un presupuest­o en el CN Sabadell de un millón de euros; “el del femenino es un 30% superior al masculino”. “No por una cuestión de género, sino porque el nivel de rendimient­o de las chicas es superior”. Así, los sueldos femeninos, por término medio, están en torno a 1.2001.400 euros, y en el caso de los chicos, a menudo por debajo de los 1.000 euros.

“La diferencia salarial no se comenta ni nos molesta. Es la filosofía del club. Si cobran más (ellas) es porque han negociado mejor o se lo han ganado. No hay debate”, dice Carrillo.

A Domènech, sin embargo, la incomoda cobrar más que un hombre del mismo deporte. “No me gusta ni la situación de antes ni la de ahora. Dedicamos muchas horas a este deporte, hombres y mujeres, y creo que tendría que haber paridad salarial. No me gustan las desigualda­des. Somos el único club, con el Olympiacos, que tiene los dos equipos, el masculino y el femenino, jugando la Champions”.

Sí que le place a Olga que ellas tengan más relevancia mediática. “Eso sí me gusta, que nos consideren más que a los chicos. ¡Es que siempre ha sido al revés! Eso nos hace crecer como club, que se tenga interés en el femenino”.

La próxima cita de las chicas es el sábado en Mataró (12.45 h), con el acceso a la final four en la mano gracias al 12-3 de la ida de cuartos.

OLGA DOMÈNECH, CAPITANA “Nos hemos ganado cobrar más... Pero no me gustan las desigualda­des; debería haber paridad salarial”

El CN Sabadell, paradigma de discrimina­ción positiva: el waterpolo femenino cobra más, gana más títulos y es más mediático que los chicos

CLAUDI MARTÍ, PRESIDENTE DEL CNS

“Esta discrimina­ción positiva es una consecuenc­ia lógica de la apuesta del club por el deporte femenino”

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CÉSAR RANGEL Mujeres al poder El equipo que dirige David Palma, ayer en la piscina de Can Llong, antes de preparar el partido de Champions contra el Mataró

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