La Vanguardia

Un monstruo de la guerra fría

El Novichok supera a otros agentes nerviosos, como el gas sarín o el VX

- MOSCÚ Correspons­al

En un mastodónti­co edificio soviético, en la carretera Entuziásto­v de Moscú, se guardan algunos de los secretos más peligrosos de la guerra fría. Se trata del Instituto Estatal de Investigac­ión de Química Orgánica y Tecnología, y de las cubetas de sus laboratori­os salió en la década de 1980 la serie de agentes nerviosos más dañina que haya inventado el hombre. Les dieron el nombre genérico de Novichok, que en ruso significa “recién llegado”, y fue la sustancia con la que según Londres alguien envenenó el 4 de marzo al espía doble Serguéi Skripal y a su hija Yulia.

Desde los años 70, los soviéticos intentaban conseguir armas químicas de última generación bajo un programa que llamaron Foliant. Lograron sintetizar tres sustancias venenosas, cuyos efectos son atacar el sistema nervioso y provocar la parálisis.

Con estos tres venenos, denominado­s 33, A-232 y A-234, quedaban superadas otras formas de acabar con el enemigo, como la típica cápsula de cianuro o el novedoso asesinato del paraguas con el que en 1978 la policía secreta búlgara, con asistencia del KGB, mató al disidente Gueorgui Márkov en una parada de autobús de Londres.

El Novichok ofrecía una alta capacidad venenosa, una rápida descomposi­ción de sus componente­s y la posibilida­d de usar una dosis mínima a una corta distancia. Se conoce poco, sin embargo, sobre los síntomas, aunque las personas afectadas presentan un cuadro clínico similar al que provocan neuroparal­izantes como el sarín o el agente nervioso VX.

Vil Mirzayánov, un químico que trabajó en el Instituto Estatal de Investigac­ión de Química Orgánica y Tecnología que hoy vive en Estados Unidos, considera muy probable que Serguéi Skripal y su hija mueran o queden inválidos. Entrevista­do por la prensa británica, Mirzayánov ha asegurado que el Novichok es de diez a cien veces más potente que los agentes nerviosos antes citados. “Te provoca convulsion­es y no puedes respirar, y después mueres si has recibido una dosis suficiente”, dijo al Daily Mail. En 1992, un año antes de que se firmase la convención sobre armas químicas, denunció la existencia del programa secreto soviético, heredado por Rusia.

El “recién llegado” estaba destinado a ser un monstruo que se quedase. Según Mirzayánov, era tan poco conocido que no se incluyó en la convención de armas químicas. En Moscú aseguran, sin embargo, que no tienen estas sustancias. En septiembre del 2017 Rusia anunció que había destruido todas sus reservas de armas químicas.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain