El marqués y su tortilla de patatas
Finalmente, la RAE ha modificado la definición de fácil, tal como le pedían muchas personas, a título individual o de forma colectiva. El problema estaba en la quinta acepción, porque las cuatro anteriores no comportaban ninguno. La quinta, sí: “dicho especialmente de una mujer: que se presta sin problemas a mantener relaciones sexuales”. Era una definición claramente inexacta. Hay mujeres fáciles, sí, pero de la misma forma que hay hombres fáciles. ¿Debían obviar a la mitad de la población para que en el cerebro de los que redactaron el diccionario, a la hora de pensar en alguien con quien es fácil irse a la cama, sólo apareciera la imagen de una mujer? Evidentemente, era una animalada que ya se ha solucionado. De ahora en adelante, la quinta acepción de fácil es: “dicho de una persona: que se presta sin problemas a mantener relaciones sexuales”.
En el diccionario del Institut d’Estudis Catalans no había ese problema. No sé si alguna vez lo hubo, pero desde hace mucho tiempo la acepción en cuestión es: “que no costa gaire que s’avingui al tracte sexual”. La pega que algunos ven es que, a la hora de poner un ejemplo de uso (las acepciones de las palabras acostumbran a llevar uno, al final), han puesto “una dona fàcil”. Supongo que querrían que se añadiera otro ejemplo, masculino: “un home fàcil”. Pero si se tuviera que hacer lo mismo con todas las palabras, pronto los diccionarios serían el doble de gruesos.
El éxito del cambio de la definición de fácil en el diccionario de la RAE ha sido tal que, justo al día siguiente de que se hiciera público, el Círculo Fortuny ha pedido a la academia en cuestión que modifique también la de lujo. El Círculo Fortuny se define a sí mismo como “una asociación sin ánimo de lucro nacida para unir en un foro común al sector español de las marcas culturales y creativas de prestigio...”. Su presidente es Carlos Falcó, marqués de Griñón, que dice a la agencia Efe que la definición actual de lujo es “bastante negativa” y que no lo satisfacen las tres acepciones que da el diccionario: “1. Demasía en el adorno, en la pompa y en el regalo. 2. Abundancia de cosas no necesarias. 3. Todo aquello que supera los medios normales de alguien para conseguirlo”. Explica que ha llegado a un compromiso con el director de la RAE y que ahora hay que dejar que los expertos trabajen. Según Efe, para Falcó el lujo tiene que ver, más bien, “con una experiencia que vivió el pasado diciembre con su hija mayor, Xandra Falcó, a la que hacía tiempo que no veía y con quien, en un día soleado, cocinó con el primer aceite de su cosecha, delante de su casa, una tortilla de patatas. ‘Esto es un lujo’”.
Temblemos, si alguien incapaz de diferenciar la definición de una palabra del uso metafórico que pueda hacerse de ella ha conseguido del encargado del diccionario oficial el compromiso de modificar la definición actual. Iniciada la moda de las modificaciones a la carta, esto no lo para ni Dios. ¿El siguiente paso será acordar las definiciones de los diccionarios de forma asamblearia? Espero que, al menos, la tortilla le quedara buena.
¿El siguiente paso será acordar las definiciones de los diccionarios de forma asamblearia?