La apoteosis de la doble moral
Yo también le he pillado el gusto a dar lecciones de superioridad moral, después de recibirlas durante cinco años, por antidemócrata y machista, distinción incluida (el premio Limón 2015 de la Associació de Dones Periodistas de Catalunya).
¿De modo que la conversación de un alto cargo de la Generalitat con un alcalde, mediante teléfonos cuyas líneas pagamos los contribuyentes, de un machismo y una xenofobia que incluso a mí me hiere, era privada y es perfectamente digerible?
La charla entre el número tres de ERC, Lluís Salvadó, y el alcalde de Sant Carles de la Ràpita fue grabada bajo orden judicial, pero, obviamente, no para descubrir el doble lenguaje de ambos –lo que antes se llamaba hipocresía–. Estamos, pues, ante una filtración ilegal, lo cual es preocupante. Como tantas y tantas otras estos años... Tan indebida como la filtración de los célebres diálogos entre el ministro Fernández Díaz y el jefe de la Oficina Antifraude. Tan poco ética como la reproducción –apertura de varios Telenotícies– de los comentarios “privados” de unos policías en Madrid sobre el “osito” Junqueras.
Que el soberanismo y la industria de la desconexión sacrifiquen o no a Lluís Salvadó es irrelevante ante la magnitud del desastre. Lo que no me parece irrelevante es el grado de hipocresía y manipulación en el que estamos instalado, sobre todo cuando el soberanismo vendía un país ilusionante, una república femenina, social, democrática, justa y otros adjetivos grandilocuentes. ¿Gente que piensa y habla de “rumanas y brasileñas” como lo hacen el diputado y el alcalde de Sant Carles de la Ràpita eran sus Mandela, Rosa Parks o Gandhi?
Los comentarios sobre tetas de los
Que el soberanismo sacrifique o no a Lluís Salvadó es irrelevante; el triunfo de la hipocresía, no
dos ilustres no se referían a una novia informal ni a una funcionaria a las que imagino les piden el café. Estaban hablando de la designación de una consellera de Ensenyament, lo cual implica que quienes manejan la gobernabilidad de Catalunya dan a entender que puede ser tonta del bote, tonta del culo o tonta de capirote.
No dejan muy bien a todas las mujeres que han ocupado la Conselleria d’Ensenyament...
Es sorprendente ver, escuchar y leer las reacciones tras el asunto. Comparto el argumento de que es inaceptable filtrar grabaciones judiciales pero desconfío de quienes nunca lo adujeron ante tantos y tantos casos similares de ministros españoles, policías españoles o duques consortes españoles. ¿O es que la exquisitez democrática es sólo para las amistades?
Algo falla en una sociedad cuando justifica que los políticos nos traten como a idiotas, a quienes se les dicen unas cosas bonitas en público contrarias a las que se opinan en privado.
Y a todas las compañeras que opinan, escriben y defienden la igualdad de género en Catalunya: ¡qué convicciones tan curiosas! Y variables.