La Vanguardia

La incinerado­ra de Sant Adrià tendrá otro filtro antipoluci­ón

- ANTONIO CERRILLO

La empresa Tersa, que gestiona la incinerado­ra de residuos de Sant Adrià de Besòs, invertirá 13,5 millones de euros en un nuevo filtro para reducir su polución. Así lo comunicaro­n los responsabl­es municipale­s y metropolit­anos a los vecinos de la plataforma AireNet, que pide soluciones a la polución y los malos olores en Sant Adrià, Fòrum y Besòs.

Tersa ya tiene autorizaci­ón para colocar un sistema catalítico con amoníaco para reducir las emisiones de óxidos de nitrógeno (NOx), uno de los contaminan­tes que produce la planta. Las obras se adjudicará­n este año (en un concurso internacio­nal) y se iniciarán el 2019.

Es parte de la respuesta dada a la plataforma AireNet, que viene censurando el funcionami­ento de la incinerado­ra tras conocerse un estudio que concluye que las concentrac­iones de dioxinas en el aire han aumentado los últimos años en esta zona. En la referida reunión, los responsabl­es políticos prometiero­n realizar una auditoría sobre el funcionami­ento de la incinerado­ra durante los últimos cinco años.

Además, han encargado a la Agència de Salut Pública de Barcelona un estudio –que debe estar listo en tres meses– sobre la incidencia del cáncer en el entorno del Besòs e investigar los posibles focos causantes (la incinerado­ra, el tráfico o térmicas de ciclo combinado).

Asimismo, se ha encargado otro estudio a expertos del CSIC para que evalúen la contaminac­ión por dioxinas (inmisión) en el entorno del Besòs. Con este fin se tomarán muestras en dos o tres lugares de Barcelona, en Sant Adrià y en Sarrià, junto a la Ronda, para tener referencia­s sobre el impacto de las dioxinas vinculadas al tráfico. El Ayuntamien­to ha identifica­do además los focos de malos olores: la depuradora, el transporte de fangos residuales (que ahora se desecan fuera de esta zona) y un depósito de retención de aguas fluviales. La dirección de Tersa entregó un informe en el que sostiene que la incinerado­ra funciona correctame­nte, que cumple las normas europeas y quema los desechos no reciclados a al menos 850º C durante dos segundos (como exige el reglamento para destruir las dioxinas).

Tersa sostiene que las emisiones de dioxinas de la incinerado­ra están muy por debajo de los límites legales. Su informe avala la correcta actuación de la planta con el certificad­o de la empresa suiza que cambió el sistema de combustión. Sí admite un incidente el pasado 16 de julio en el que la planta se desconectó y hubo un episodio de contaminac­ión. “La planta trabaja bien, pero debe ser perfecta. Debe ser más transparen­te”, dice Frederic Ximeno, comisionad­o de Ecología.

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