Catilina y la actualidad

Cicerón, además de un afamado orador y escritor del siglo I a.C., era cónsul de Roma. Catilina era un senador que pretendía subvertir las estructuras del Estado e incluso la destrucción de Roma. El 63 a.C., Cicerón pronunció cuatro discursos en el Senado que se conocen como Catilinarias. En la primera le decía a Catilina: “¿Hasta cuándo abusarás de nuestra paciencia y cuándo acabará esta desenfrenada osadía tuya?”.

Soy catalán y quiero profundamente a Catalunya, lo que no me impide hacer lo mismo con el resto de España. En el momento actual hay entre los mediocres políticos que tenemos, salvando las distancias, muchos Catilinas.

Con astucia y argucias, con sentimientos, ilusiones y fantasías y con declaraciones engañosas y simbólicas no se puede gobernar un país, ni tampoco sólo con leyes que no son inamovibles, ya que pueden ser modificadas y complementadas dentro de los cauces legales. Tengo más de ochenta años y ya he visto de todo, pero a mis nietos les queda un camino muy crudo que recorrer, porque el mal está hecho y tardará en curarse.

Me siento defraudado y cansado. ¿Hasta cuándo se seguirá abusando de nuestra paciencia y cesará la osadía de cada día, que sólo conduce a nuevos enfrentamientos? Hay que salvar Catalunya, que poco a poco se va degradando, y dejarse de experimentos que no conducen a nada.

Catilina decidió exiliarse para luego suicidarse antes de la batalla de Pistoya, que mantuvo incólume a Roma. Como en el cine, cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia.

LUIS BALIUS JULI

Suscriptor

Barcelona