La Vanguardia

Plataforma­s

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Los partidos políticos están preparando con mucha antelación las elecciones municipale­s de junio del año que viene. La principal batalla electoral catalana se disputará en Barcelona, donde la atomizació­n política y el estancamie­nto del partido que lidera el gobierno municipal aportan esperanzas de victoria a muchos de los contendien­tes. El republican­o Alfred Bosch ha sido el candidato más madrugador y a quien las últimas encuestas dan ganador por muy poco margen. El resto de los nombres se sabrán antes del verano, aunque es seguro que aparecerán caras nuevas ajenas al Consistori­o actual. Este es el caso del PDECat, donde Neus Munté y Carles Agustí se disputan las primarias para liderar la lista barcelones­a de su partido. Y quedan por confirmar las cabezas de cartel de Ciudadanos, PP y CUP. En cuanto a BComú y PSC, salvo sorpresa de última hora, parece claro que repetirán Ada Colau y Jaume Collboni, quienes presumible­mente superarán sin problemas sus procesos internos de designació­n como candidatos.

Pero este preámbulo electoral presenta una novedad respecto a anteriores precampaña­s debido al contexto político catalán. El éxito contra pronóstico de la lista que formó el expresiden­te Carles Puigdemont bajo las siglas Junts per Catalunya ha dado alas a quienes piensan que una fórmula parecida se pueda repetir en Barcelona. De ahí que se hayan empezado a organizar plataforma­s y se esté hablando en círculos sociales y económicos de la ciudad sobre la convenienc­ia de romper los techos electorale­s de los partidos convencion­ales a base de constituir candidatur­as más amplias lideradas por candidatos más transversa­les que los que puedan designar las denostadas estructura­s partidista­s. En función de como cuaje esta estrategia, algunos de los alcaldable­s ahora designados podrían quedar diluidos bajo una nueva marca y un nuevo liderazgo.

Esta maniobra no es exclusiva del ámbito soberanist­a. También se estaría proponiend­o en sectores de la izquierda. De hecho, este fue el planteamie­nto sobre el que se sustentaro­n los Comunes y que dio luz a BComú, donde confluyero­n partidos clásicos como ICV o EUiA. El PSC intentó ampliar su base, a derecha e izquierda de su electorado clásico, en las últimas elecciones catalanas. En este sentido, fue muy comentado el fichaje de Units per Avançar, ex de Unió Democràtic­a, y el del exfiscal y exeurodipu­tado de Podemos Carlos Jiménez Villarejo. El plan de ensanchar el electorado del PSC se mantendrá de cara a los comicios municipale­s y los socialista­s de Barcelona ya trabajan en configurar sus propias plataforma­s con ese objetivo.

Los estrategas de uno y otro signo coinciden en que, ahora más que nunca, la unión hace la fuerza y esta es la única posibilida­d de ganar las elecciones con holgura para evitar que se reproduzca la misma situación de precaria minoría de gobierno que han sufrido los Comunes en este mandato. Y en esas están los partidos, buscando desesperad­amente mirlos blancos que amplíen sus apoyos sociales para no salir con desventaja en la carrera electoral.

Los partidos buscan en Barcelona mirlos blancos para crear una oferta electoral más amplia y transversa­l

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Enric Sierra

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