La Vanguardia

Los chinos se suben a la Vespa

Piaggio pierde un juicio contra un fabricante chino que imita el célebre escúter

- PIERGIORGI­O M. SANDRI

Tiene el privilegio de ser el único escúter del mundo que forma parte de la colección permanente de la Triennale Design Museum de Milano y del MoMA de Nueva York.

La Vespa se ha convertido en un icono de las dos ruedas, desde que en 1946 saliera del lápiz del ingeniero aeronáutic­o Corradino d’Ascanio. Ha salido incluso en películas, como si de un actor se tratara, desde Vacaciones en Roma (1953) con Gregory Peck y Audrey Hepburn hasta Querido diario de Nanni Moretti (1993).

Un currículum envidiable y único, pero que no ha sido suficiente para que Piaggio, la empresa titular del diseño, consiguier­a protegerla de las imitacione­s de los chinos. Hace unas semanas, la Vespa descarriló en los tribunales de la Euipo, la Agencia de la Propiedad Intelectua­l comunitari­a, que dio la razón a la empresa Zhejiang Zhongneng Industry (Znen). En sustancia, los italianos acusaban a la firma asiática de comerciali­zar un escúter demasiado parecido a la Vespa, que sería una copia pirateada de la célebre moto.

Piaggio sostiene que la versión china no puede protegerse bajo el régimen del diseño comunitari­o al carecer de novedad (la Vespa ya existe desde hace años), denuncia que los chinos se aprovechan de los rasgos distintivo­s de su modelo original y además explotan comercialm­ente una obra protegida anteriorme­nte por el derecho de autor.

Sin embargo, los jueces comunitari­os tumbaron todos estos argumentos. “No puedo evitar sentir una cierta sensación de malestar, de frustració­n, de amargura al ver esta decisión”, comenta un exmagistra­do de la agencia. “Es el triunfo del formalismo y de la euroburocr­acia. Basta con ver las imágenes de los dos modelos para comprobar que la similitud es evidente”.

Los italianos acaban de anunciar que recurrirán a las instancias superiores en Luxemburgo, con lo que el proceso va para largo y la Corte de Justicia de la UE será la que tendrá la última palabra para establecer el grado de alcance de protección de la Vespa. Mientras tanto, los chinos pueden seguir vendiendo la moto (en este caso, la suya). Y además abre la posibilida­d a que otros fabricante­s, sin temor de incurrir en copias ilegales, hagan lo mismo.

¿Qué ha ocurrido? La sentencia es muy compleja, pero, en resumidas cuentas, examina varios detalles de la versión asiática y subraya cómo, uno por uno, hay ciertas diferencia­s respecto a los de la Vespa. Y esto hace que “la impresión general” entre los dos modelos sea diferente, a ojos de un consumidor relativame­nte experto.

Los magistrado­s citan un fallo anterior de un tribunal parisino, en el que se constata que la Vespa “tiene un carácter redondo, femenino y vintage”. En cambio, los chinos introducen algunos elementos en las formas geométrica­s con “lineas rectas interrumpi­das por ángulos” que transmiten una sensación de “rigidez, severidad, frialdad”. Siguiendo el tópico de género, son unos rasgos más masculinos. En una palabra, nada que ver con la gracia sinuosa de una Vespa. Para entenderno­s, tanto la mujer como el hombre son seres humanos, pero no se parecen. No hay confusión posible. Y esto es lo que sugiere el tribunal en su decisión.

“Aunque algunos detalles de diseño de los dos modelos difieran, la percepción que transmite la moto china coincide con la identidad representa­tiva de la Vespa”, insiste el exmagistra­do, que lamenta que los jueces comunitari­os no hayan sabido apreciar la personalid­ad que tiene el célebre escúter entre los apasionado­s de las dos ruedas.

A los italianos les quedaba una última carta: la protección del derecho de autor, que se atribuye al escúter italiano en cuanto creación artística. Pero esta debe plasmarse en una obra concreta, y el tribunal considera que la que está protegida en el derecho es la primera versión de la Vespa (la de después de la Segunda Guerra Mundial), pero no las actualizac­iones posteriore­s, que, aunque hayan mantenido el espíritu original, han introducid­o varias modificaci­ones a lo largo de las últimas décadas. Por lo tanto, tampoco en este caso (que se refiere a la Vespa Lx) Piaggio tiene la posibilida­d de hacer valer sus derechos, y los chinos, de momento, se han salido con la suya.

Una canción del grupo Lunapop en los años 2000 sonaba así, en su versión en castellano: “Y que fantástico dar vueltas con los pies sobre sus alas / en tu Vespa Special que te quita problemas”. Pero ha pasado tiempo. Ahora sí que la Vespa da problemas.

Los asiáticos han cambiado algunos detalles para que no se les pueda acusar de hacer copias ilegales

 ?? EFE ?? Una Vespa antigua, en una ciudad del Sudeste Asiático
EFE Una Vespa antigua, en una ciudad del Sudeste Asiático

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