El renacer de las destilerías dublinesas
Existen más de setenta tipos de whisky irlandés, una bebida que actualmente está viviendo un auténtico boom. Dublín fue, entre el siglo XIX y principios del XX, el epicentro de la producción de whisky del país, hasta que vio desaparecer todas sus destilerías, que se trasladaron a otros lugares, como Cork. En los últimos años, la capital ha vuelto a acercarse a sus orígenes yha visto resurgir algunas destilerías que invitan al viajero a oler, sentir, tocar y probar esta bebida histórica, elaborada con cebada y que, gracias a su triple destilación, tiene un suave sabor.
UN DISTRITO HISTÓRICO
Es el caso de Pearse Lyons Distillery, ubicada en la antigua iglesia de St. James, en el distrito The Liberties (121-122, James Street), inaugurada en agosto de 2017. Se trata de una iglesia del siglo XII que fue católica y posteriormente protestante, y que se había mantenido cerrada desde 1954. Su rehabilitación duró más de tres años porque se encontraron restos arqueológicos que tuvieron que documentarse. Dentro de la iglesia, vale la pena fijarse en las nuevas vidrieras, que representan los pasos de destilación del whisky. Además, con ellas se homenajea a nuestro país (se ha dedicado una de las ventanas al Camino de Santiago) ya que desde aquí partían los peregrinos irlandeses. Sus tours guiados incluyen una visita por la iglesia, el cementerio contiguo y la tienda, así como una cata. Un recorrido por las técnicas tradicionales de destilación del whisky y por las vidas de aquellos que trabajaron y murieron en las cercanías de la iglesia. Está abierta toda la semana, con visitas guiadas cada 30 minutos (a partir de 20 €).
Un par de años antes, en 2015, fue
The Teeling Whiskey Distillery
la que abrió sus puertas en pleno corazón de la capital irlandesa (Newmarket, 13-17). Fue todo un acontecimiento que, tras 125 años, una destilería volviera a producir
whisky en The Liberties. Solo en su primer año recibió 60.000 visitantes. Los Teeling elaboran whisky irlandés desde 1782, y actualmente producen en esta destilería unos
seiscientos mil litros al año.
En su visita guiada permiten experimentar todo el proceso de elaboración: desde la molienda de la cebada, la destilación en sus alambiques de cobre... hasta la degustación. Como recuerdo, en su tienda se puede adquirir el Teeling Whiskey Revival Vol IV 15,
galardonado como mejor whisky de 2017 en los Irish Whiskey Awards. Está abierta toda la semana, con visitas guiadas cada 20 minutos (a partir de 15 €).
CLÁSICOS Y NUEVOS
En la zona de Smithfield se alza la Jameson Distillery Bow St., en el edificio original que inauguró el fundador, John Jameson, en 1780. Totalmente rehabilitado desde hace años, el enorme espacio ofrece cuatro experiencias guiadas e interactivas que, como si de un cuento se tratara, sumergen al visitante en la historia de la marca y en la degustación de
sus whiskies. Para terminar, un vaso de Jameson on the rocks oun cóctel elaborado por los mixólogos de la casa en su JJ's Bar, un lugar integrado en la vida nocturna de la ciudad. Es la destilería más visitada de Dublín y está abierta toda la semana (a partir de 20 €).
Además, entre primavera y verano de este año abrirá The Dublin Liberties Distillery. Se ubicará en Mill Street, en un molino de más de cuatrocientos años de antigüedad que se ha sometido a un largo proceso de rehabilitación. La destilería podrá procesar unos setecientos mil litros de alcohol al año –sus whiskies The Dubliner y
The Dublin Liberties se venden en todo el mundo–, y en su centro de visitantes se explicará la fabricación del whisky, pero también se hablará de la historia de la ciudad, tan ligada a esta bebida espirituosa.
El renacer de las destilerías se extiende por todo el país –localidades como Slane Castle, Powerscourt, Glendalough y Dingle tienen nuevos espacios–, y es que, según publica el diario The Irish
Times, la Irish Whiskey Association Tourism Strategy prevé un crecimiento de unos 1,9 millones de
visitantes a las destilerías irlandesas para 2025. En 2013 solo había cuatro destilerías en funcionamiento, ninguna de ellas en Dublín; ahora ya existen dieciséis y hay catorce más en planificación. Un buen destino y una buena noticia para los fans del whisky.