Una victoria sospechosa
El presidente ruso ofrece “relaciones constructivas” y “diálogo” con todos los países
La falta de rivales de peso que pudieran competir con Vladímir Putin en las elecciones del pasado domingo despierta las suspicacias de la comunidad internacional, aunque en ningún momento han puesto en duda los resultados.
Los observadores internacionales no ponen en duda la reelección de Vladímir Putin como presidente de Rusia hasta el año 2024. Y más después de la contundente victoria del domingo, cuando el jefe del Kremlin cosechó más de tres cuartos de los votos. Pero echan en falta que el mandatario ruso tuviera enfrente una competencia verdadera entre los otros siete candidatos.
El equipo de observación de la OSCE (Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa) elogió la organización de la votación, pero echó en falta candidatos de peso. “Allí donde las leyes restringen libertades básicas y los resultados (de la votación) no ofrecen dudas, las elecciones pierden su razón de ser. Unas elecciones sin competencia real, como hemos visto aquí, no son elecciones”, destacó el líder de la misión de observación del organismo, Michael Georg Link, en una rueda de prensa en Moscú. Los observadores europeos no citaron directamente al bloguero y activista anticorrupción Alexéi Navalni, que no pudo presentarse al estar condenado por varios delitos económicos en procesos que él y sus seguidores consideran fabricados para echarle de la política. Navalni, que estuvo movilizando a sus partidarios durante todo el año pasado, es considerado hoy por hoy la voz más crítica contra Putin. Destacada figura de la oposición extraparlamentaria liberal, ya fue la cara más visible en las mayores protestas de la era Putin, las del 2011 y el 2012, que sacaron a la calle a decenas de miles de manifestantes. Además, ya demostró su tirón electoral en el 2013, cuando concurrió a las elecciones a la alcaldía de Moscú y estuvo a punto de forzar una segunda vuelta contra el candidato del Kremlin, el actual alcalde Serguéi Sobianin.
Pese a la liberalización del proceso electoral (reduciendo el número de avales necesarios para ser candidato), la OSCE recordó que la Comisión Electoral Central rechazó a 17 candidatos. De los admitidos, sólo el del Partido Comunista, Pável Grudinin, logró el domingo superar el 10 % de los votos. “El resultado no está en duda, pero las elecciones han perdido prácticamente su propósito, que es fomentar que la gente elija a sus líderes”, señaló Link.
El responsable del equipo observador denunció un “control excesivo”, con restricción de algunas libertades fundamentales. También señaló que la televisión y la radio prestaron menos atención a los otros siete candidatos que a Putin. “La amplia cobertura informativa de la actividad del actual presidente en calidad de jefe del Estado creó condiciones de juego desiguales”.
Una opinión parecida expresó Grudinin. Aunque reconoció la victoria de Putin, señaló que las elecciones fueron “sucias” y “no se ajustaron a los estándares mundiales”. El veterano liberal Grigori Yavlinski ya señaló el domingo tras los resultados que para él no constituía una sorpresa que las elecciones no hubiesen sido reales. Y justificó su candidatura por la posibilidad de exigir cambios.
Vladímir Putin recibió ayer en el Kremlin a sus siete rivales. Durante el encuentro, señaló que en los próximos seis años “el futuro trabajo del Gobierno ruso se centrará en resolver problemas internos del país, en primer lugar, garantizar la tasa de crecimiento económico”, y también reducir el nivel de pobreza.
En cuanto a las relaciones internacionales, muy difíciles con los países occidentales en los últimos años, Putin prometió “mantener unas relaciones constructivas con todos los países para fomentar el diálogo con nuestros socios”. En las dos últimas semanas, Rusia ha vuelto a tener un encontronazo diplomático con el Reino Unido tras el envenenamiento con un agente neurotóxico del exespía ruso Serguéi Skripal y su hija en Salisbury, del que Londres culpa a Moscú.
Ayer también fue día de felicitaciones. Presidentes y líderes de distintos países felicitaron por teléfono o telegrama a Putin. Lo hicieron los mandatarios de países amigos, de repúblicas exsoviéticas como Bielorrusia, Kazajistán, Kirguistán, Armenia, Azerbaiyán; de los BRICS, como India o China, y de otros gobiernos afines, como los de Hungría, Moldavia, Venezuela o Cuba. También hubo llamadas desde Occidente, como la del presidente de Francia, Emmanuel Macron. Según una nota del Elíseo, deseó al líder ruso “éxito en la modernización de Rusia” antes de manifestar su preocupación por Siria y Ucrania y de pedir a las autoridades rusas que ofrezcan claridad sobre su papel en el caso Skripal.
Macron felicita a Putin y le pide claridad sobre el papel de Rusia en el caso Skripal