La renuncia de Sànchez activa el plan C y deja paso a la candidatura de Turull
La CUP mantiene la abstención y aboca a Puigdemont y Comín a dejar los escaños para que pueda haber investidura
El anuncio de Jordi Sànchez de que en las próximas semanas renunciará al acta de diputado abre definitivamente la puerta a la candidatura de Jordi Turull, el tercero de los aspirantes de Junts per Catalunya (JxCat) a la presidencia de la Generalitat. La formalización de la designación por parte de Carles Puigdemont, en tanto que jefe de filas de la formación, es cuestión de horas –ha convocado una reunión con sus diputados hoy a las 20.00 h–, y con ella la activación del plan C, que el bloque independentista confía en que sea el que permita desencallar la situación de una vez por todas. La investidura, de acuerdo con esta previsión, se llevaría a cabo en el Parlament el lunes en primera ronda y el miércoles en segunda, en plena Semana Santa, tal como avanzaba ayer La Vanguardia. Y a partir de aquí la toma de posesión del nuevo inquilino del Palau de la Generalitat quedaría supeditada a la firma del nombramiento por el rey Felipe VI.
Ayer, una vez conocida la decisión del expresidente de la Assemblea Nacional Catalana (ANC), se produjeron los primeros movimientos en el Parlament a fin de empezar a calibrar la efectividad del nuevo escenario, con reuniones, por ejemplo, entre el propio exconseller de Presidència, la portavoz de JxCat, Elsa Artadi, y uno de los representantes que el grupo tiene en la Mesa, Eusebi Campdepadrós. Los principales partidos independentistas –ERC y el PDECat, como integrante de JxCat– tienen, por su parte, preparada la maquinaria interna para certificar el respaldo al nuevo candidato con reuniones de los respectivos consejos nacionales. El de ERC ya ha sido convocado paen
El expresident cita hoy a los diputados de JxCat para hacer efectiva la designación
El lunes y el miércoles de Semana Santa se perfilan como días para el pleno de elección
ra mañana y el del PDECat está previsto de momento para el sábado. Pero en las circunstancias actuales la suma de JxCat y ERC no es suficiente por si sola para sacar adelante la investidura.
El hecho de que Carles Puigdemont y Antoni Comín mantengan sus actas de diputados a pesar de encontrarse en Bruselas y no puedan delegar el voto deja a JxCat y ERC en minoría (64) frente a la oposición (65), incluso en segunda votación. Y por ello es imprescindible el concurso de la CUP, que, sin embargo, no tiene la más mínima intención, cuando menos por ahora, de cambiar la posición de abstención en la que está instalada. Así lo confirmó el diputado Carles Riera ayer mismo. Y es que la CUP no ha modificado su posicionamiento y no lo hará hasta que JxCat y ERC no presenten una nueva propuesta que le satisfaga, sobre todo en lo que respecta al proceso constituyente. Los anticapitalistas ya han avisado reiteradamente que su decisión no responde tanto a la persona desig- nada como al plan de gobierno de JxCat y ERC, que consideran insuficiente para “avanzar y materializar la república”. Por ello, el secretariado nacional de los cuperos decidió anteanoche rechazar la propuesta lanzada por Puigdemont de someter al futuro presidente de la Generalitat a una cuestión de confianza a mitad de mandato y ni tan siquiera ha convocado a sus bases para la deliberación.
“Queremos tener confianza ahora, y no dentro de unos meses (...). Sólo variaremos nuestra abstención si hay un cambio de estrategia política”, sentenció Riera. El cupero se opuso a la renuncia de Sànchez, aunque dijo respetarla, y a un posible abandono de las actas de diputados por parte de Puigdemont y Comín. “Es una muy mala solución”, consideró, y abogó porque la Mesa del Parlament acceda a la delegación de sus votos. De hecho, la CUP registró una petición en este sentido para que el órgano de gobierno de la Cámara se posicione favorablemente sobre su competencia con respecto a la votación a distancia del expresidente y del exconseller. Y aquí abrió otra puerta para la investidura: si la Mesa accediera, Riera aseveró que podría ser un “elemento nuevo político importante como para que la CUP lo tenga que analizar” y convocar a su militancia, sin garantizar, en todo caso, el voto favorable.
A pesar de que la intención sobre todo de JxCat es mantener la presión sobre la CUP para que ceda, todo indica, sin embargo, que a la “lista del president” y a ERC no les acabará quedando más remedio que forzar la renuncia del expresidente de la Generalitat y del exconseller de Salut para poder disponer, al menos en la segunda opción, de 66 votos frente a los 65 de la oposición. Una tarea, de todos modos, que no se presume fácil, en especial en vista de la resistencia que ha opuesto desde el principio Antoni Comín, y que parece que no podrá cumplirse hasta el último momento.