Romeva aprobó un presupuesto para pagar a los observadores del 1-O
Raül Romeva, el destituido conseller de Exteriors, autorizó un gasto de 145.771 euros para pagar los viajes y los alojamientos de una misión de observadores internacionales con el propósito de legitimar el referéndum del 1-O, según se desprende de correos electrónicos requeridos por orden del juez del Supremo Pablo Llarena y a los que ha tenido acceso LaVanguardia.com.
Romeva, investigado en la causa por rebelión, sedición, prevaricación y malversación contra los líderes independentistas catalanes, subrayaba que la misión debía ser de “alto nivel” y dar una buena imagen para justificar su luz verde a un incremento de las cuentas inicialmente previstas, de manera que alguno de los invitados extranjeros pudiera viajar en primera y alojarse en establecimientos de lujo.
“La ratio del gasto diario aquí es mucho mayor, pero es necesaria para conseguir a un representante de la misión de alto nivel. Además, volará probablemente en primera clase y tendrá que alojarse en un hotel de alto nivel. Con lo cual el gasto asociado con este miembro será superior, pero es muy importante para la imagen de la misión ante la prensa”, indicaba un mensaje entre el entonces conseller, el secretario general del Diplocat y un miembro de la oenegé Isca-Aidc, que elaboró el presupuesto y lo mandó al organismo de la diplomacia catalana.
Una vez recibido el presupuesto, detallado en un Excel, Romeva lo remitió al jefe de gabinete y al secretario general de su conselleria, a quienes escribió en un e-mail fechado a finales de junio del 2017 que entendía que había que “decir que sí” porque “no hay margen para negociar”. El gasto se tenía que hacer entre el 1 de julio y el 6 de octubre.
Después de analizar la cadena de correos electrónicos sobre esta cuestión, la Guardia Civil, encargada por el juez de la investigación, concluye que el entonces titular de Exteriors “dio instrucciones de aceptar un presupuesto de gastos de 145.771 euros para una misión de representación sobre una actividad relacionada con una votación que se produciría entre los días 25 de septiembre y 2 de octubre, de lo que se deduce que se refería a la actividad de los observadores internacionales para el referéndum”.
En otro mensaje, del 27 de septiembre, Romeva alardeaba de la gestión de su departamento diciendo que había actuado como “un verdadero ministerio de Exteriores”, afirmando que, dos años atrás, “nadie fuera creía que fuésemos en serio con la independencia”, ya que se pensaba que todo era “una obsesión minoritaria y nacionalista”.