La Vanguardia

“¿Son de Malta o Marte?”

Indignació­n entre los internacio­nales españoles por las acusacione­s en el 12-1

- CARLES RUIPÉREZ

El España-Malta del 12-1 se disputó el 21 de diciembre de 1983 en el Benito Villamarín pero es un partido que nunca deja de jugarse. Ya sea por los que ensalzan su leyenda o por los que extienden sus sospechas. Su mística sobrepasa los 90 minutos y ha pasado de generación en generación. Treinta y cinco años después se sigue hablando de él. Para bien o para mal.

En el 2017 fue Ruud Gullit quien, en este mismo diario, explicaba que Holanda no tenía ni la menor esperanza de ir a la Eurocopa. “Antes del partido, Johan Cruyff, que aún jugaba en el Feyenoord, ya nos lo advirtió. Nos dijo: ‘Olvidaos, a la Eurocopa no iréis’”, le reveló el holandés a La Vanguardia. Los oranje, los damnificad­os por la goleada española, siempre desconfiar­on.

Pero ahora han sido varios futbolista­s malteses que jugaron en Sevilla y su selecciona­dor los que han realizado unas acusacione­s de presunto dopaje y envenenami­ento contra España. “No tenemos pruebas y espero que España no lo hiciese. Porque si sucedió el fútbol está acabado”, dice el selecciona­dor Victor Scerri en el programa Fiebre Maldini de Movistar +.

–En el descanso, entró en nuestro vestuario un hombre bajito vestido de blanco con una bandeja de limones cortados –descubre Scerri, que tiene 89 años y perdió una pierna por la diabetes.

–Después de chupar los limones, me sentí bastante mal, borracho, como si hubiese estado toda la noche de fiesta –prosigue Demanuele, autor del gol de Malta, que era el 1-1 momentáneo y obligaba a España a marcar 12.

–Tras el descanso los jugadores perdieron la cabeza. Le dije al médico: “¿Puede ser que nos hayan drogado?” –relata el extécnico en el reportaje.

Esa fue la primera acusación que ha indignado a los internacio­nales españoles de aquel día. “Me parece indignante”, responde Lobo Carrasco a este diario. “Esto es como el Chelsea-Barça del 2009 que en Madrid cada cierto tiempo hablan de Ovrebo, el árbitro noruego. Primero dijeron que compramos el árbitro. Ahora que les drogamos. Yo recuerdo agua, mucha agua, y piezas de fruta en el vestuario, que era lo normal. No voy a entrar en su juego”, se enfada el exbarcelon­ista. “Me parece una locura. Están compinchad­os para decir eso. Pues no haberlos tomado”, interviene José Antonio Camacho, otro de los protagonis­tas.

A Víctor Muñoz, que también jugó los 90 minutos, la noticia le ha cogido en China. “Nada es cierto. Ese partido les marcó para siempre e intentan justificar­se. Son excusas baratas que sólo buscan notoriedad”, apunta Muñoz.

Pero aún hay más. Desde Malta también acusan a los españoles de tomar esteroides para mejorar el rendimient­o durante el partido.

–La energía de los españoles era fuera de lo normal –denuncia Demanuele.

–Algunos jugadores tenían espuma blanca en la boca –le secunda Fabri, el número 10 de la selección de maltesa.

–Tengo un hermano que era culturista y sé lo que pasa cuando se toman esteroides. Les salía un líquido ácido y no paraban de beber –insiste Demanuele.

Unas palabras que han dolido en el bando español. “Me da mucha pena oír eso de otros deportista­s”, lamenta Poli Rincón, autor de cuatro goles aquella noche. “Cuando se llega a cierta edad se dicen cosas que no se deben. Chochean”, sube el tono Camacho. “Han estado 35 años sin decir nada. ¿De dónde son, de Malta o de Marte? Es surrealist­a. Es como si yo inventase ahora algo de la final contra el Steaua, en la que no fuimos capaces de ganar la Copa de Europa”, dice un sorprendid­o Carrasco.

Malta aún tiene más agravios. Se quejan de que jugaron con Holanda cuatro días antes –“había seis jugadores tocados”–, que llegaron un día tarde a Madrid por el mal tiempo y que, una vez en Sevilla, no pudieron entrenarse en el Villamarín –“el encargado del campo nos dijo a las 10 de la noche que no tenía la llave y que no había luz”–.

“Había una diferencia abismal. Ellos eran amateurs y nosotros, profesiona­les. Esa es la realidad. Creamos dos fábricas de centros. En la izquierda, con Camacho y Gordillo. En la derecha Señor y yo. En el área pusimos tres rematadore­s como Santillana, Rincón y Maceda. Esa fue la táctica”, rememora Carrasco. “Dio la casualidad que el día anterior llovió mucho y el campo estaba muy rápido. En la primera parte íbamos 3-1 pero pudimos marcar ya diez, incluido un penalti fallado. Si hubiéramos necesitado 15, los hubiésemos marcado. Desde el último gol de Señor faltaban 10 minutos y ya no atacamos”, asegura Víctor. “Me siento orgulloso de tres remontadas: de un 1-4 al Espanyol en juveniles, del 3-0 al Göteborg y del 12-1 a Malta. Y no voy a permitir que me quiten eso”, zanja Carrasco.

35 AÑOS DESPUÉS Los malteses denuncian que les drogaron con limones y acusan a España de tomar esteroides

EL ENFADO DE CARRASCO “Es como si yo invento algo ahora de la final de la Copa de Europa perdida contra el Steaua”

 ?? EFE ?? Carlos Santillana, con el 9 a la espalda, batió a Bonello con este remate de cabeza para marcar el 1-0 en el minuto 15
EFE Carlos Santillana, con el 9 a la espalda, batió a Bonello con este remate de cabeza para marcar el 1-0 en el minuto 15

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain