Guerra federativa entre España y Rumanía
La Federación Española de Rugby y la Federación Rumana de Rugby se enzarzaron ayer en un duro intercambio de comunicados, acompañados por una reclamación formal de la Española ante dos organismos, World Rugby y Rugby Europe, por el arbitraje que sufrió el XV del León ante Bélgica en un partido en el que ambas selecciones española y rumana se jugaban la clasificación directa para el Mundial de Japón. La inesperada derrota de España con el polémico arbitraje del rumano Vlad Iordachescu acabó dando la plaza al XV del Roble.
España acompaña su queja con un vídeo en el que se recogen 19 actuaciones del árbitro que presuntamente le perjudicaron. “Durante el desarrollo del encuentro queda manifiestamente probado que los intereses del juego español se vieron perjudicados”, señala el comunicado. La federación solicita que se repita el encuentro. Sin embargo, los reglamentos de World Rugby y Rugby Europe sólo contemplan este extremo si existen pruebas de que el árbitro ha recibido dinero o algún otro tipo de beneficio por tratar de influir en el juego o el resultado.
La Federación Rumana, por su parte, pide un duro castigo a los jugadores españoles por su hostigamiento al árbitro al acabar el partido. “La hostilidad centrada en el equipo de árbitros rumanos contradice el espíritu del rugby y el del juego limpio en general”, señala su nota.
World Rugby ya tomó ayer cartas en el asunto y apartó a Iordachescu del próximo partido internacional para el que había sido designado. Las sanciones a los jugadores españoles se prevén duras. La duda es si los clubs franceses donde militan el grueso de los jugadores de España permitirán que acudan a la repesca que tienen ahora. Su actitud no gustó y diversas fuentes apuntaron desde Francia que no jugarán esta fase.