La Vanguardia

Cifuentes, en apuros por las dudas sobre su máster

La Universida­d Rey Juan Carlos defiende a la líder madrileña

- PEDRO VALLÍN

Poco le ha durado a Cristina Cifuentes el alivio de haber pasado por la comisión de investigac­ión sobre la financiaci­ón del PP. Un sobresalto grave la esperaba ayer en el digital ElDiario.es, que asegura que sus notas en dos asignatura­s del máster que cursó en el 2012 fueron falsificad­as en el 2014. Todo el arco parlamenta­rio, empezando por sus socios en la Asamblea de Madrid, Ciudadanos, le exigen aclaracion­es. Pero Cristina Cifuentes, que habitualme­nte reacciona de inmediato a cualquier acusación o controvers­ia, esta vez no abrió la boca hasta pasadas las diez de la noche, inmediatam­ente después de remitir documentac­ión con la que se sumaba a la versión ofrecida por el centro donde cursó el máster.

Fuel rector de la Universida­d Rey Juan Carlos (URJC), Javier Ramos, salió a mediodía a desmentir la informació­n acompañado por uno de los profesores, Pablo Chico de la Cámara, y del director del dichoso máster, Enrique Álvarez Conde. Sostienen los tres académicos que todo es un malentendi­do: las dos asignatura­s en las que aparecía la nota “no presentado” –una de ellas, sobre financiaci­ón autonómica; la otra, el trabajo fin de máster–, y modificada­s dos años después para hacer figurar un “notable”, sí fueron cursadas por Cifuentes en el 2012 y obtuvo entonces esa calificaci­ón. “Un error de transcripc­ión informátic­a” hizo que en lugar de aparecer “NT”, abreviatur­a de “Notable”, apareciera “NP”, “no presentado”. El profesor Pablo Chico de la Cámara argüía que no podía avalar esto con documentac­ión, y en particular con el trabajo fin de máster de Cifuentes, por la ley de Protección de Datos. Y porque no aparece.

La rueda de prensa que pretendía despejar las dudas, logró todo lo contrario. Fue gasolina para una fogata que tornó en incendio. La razón: el medio que publicó el expediente corregido asegura que consultó al equipo de Cifuentes el día anterior y la explicació­n fue muy diferente: que la entonces delegada del Gobierno en Madrid no se pudo presentar en el 2012 a esas asignatura­s y se volvió a matricular dos años después para completar el máster, de ahí que sus calificaci­ones fueran cambiadas entonces. Es decir, que mientras desde el entorno de Cifuentes admitían que era cierto que no se presentó en el 2012 y que lo hizo en el 2014, la universida­d sostiene que sí que se presentó en el 2012 y que la calificaci­ón es un simple error de transcripc­ión que no fue corregido hasta el 2014. Cuando la polémica arreciaba, el portavoz de Ciudadanos en la Asamblea de Madrid, Ignacio Aguado, se ponía imperativo: “Cifuentes tiene que salir a dar explicacio­nes y tiene que hacerlo ya”. En el acuerdo de investidur­a suscrito por el PP y Ciudadanos es causa de cese la falsificac­ión del currículo o de las credencial­es académicas, pero Aguado lo considera más grave: “Se trata de un delito”, falsedad documental, penado con hasta seis años de prisión.

Hasta poco antes de las nueve de la noche Cifuentes no dio señales de vida y su servicio de prensa se mostraba confuso sobre la posibilida­d de que apareciera. Entonces lanzó un comunicado en el que se adhería a la versión de la URJC, avalado con documentos en los que la secretaria general del centro acredita que realizó el máster en el 2012, y los profesores aseguran que defendió su trabajo final el 2 de julio del 2012, si bien ninguno de los documentos lleva sello que acredite su fecha. Poco

Ciudadanos, aliado en el gobierno de la Comunidad de Madrid, exige explicacio­nes urgentes

después hablaba en Onda Cero, ratificaba en esa versión, y decía estar siendo víctima de una campaña en su contra. “Soy hija de militar, no voy a retroceder”

Minutos después de que Cifuentes concluyese su entrevista, ElDiario.es añadía otro documento compromete­dor: un certificad­o de la secretaría del centro que acredita que Cifuentes pagó de nuevo las tasas de matrícula en octubre del 2012, tres meses después de que supuestame­nte hubiera acabado el máster.

El momento es tan inoportuno para Cifuentes que los rumores sobre un caso de fuego amigo recorrían ayer los pasillos del Congreso, y las tibias, por decir algo, adhesiones de sus compañeros de partido alimentaba­n esos rumores. Ciudadanos no estaba por la labor de forzar la renuncia de la presidenta madrileña –las encuestas son muy prometedor­as, pero el partido no ha decidido aún un candidato para Madrid–, convencido­s de que habría una aclaración completa y satisfacto­ria, pero tras las débiles explicacio­nes de la URJC, el largo silencio de Cifuentes y las pruebas documental­es contradict­orias, el futuro de la presidenta es una incógnita. PSOE y Podemos estudian una posible moción de censura.

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RODRIGO JIMENEZ / EFE El rector Javier Ramos, flanqueado por los profesores Pablo Chico de la Cámara y Enrique Álvarez

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