Facebook se enfrenta a multas billonarias de los reguladores de EE.UU.
Mark Zuckerberg reconoce en un ‘post’ haber “cometido errores” y asegura que la empresa que fundó ya tomó medidas hace años
La violación de la privacidad de los usuarios de Facebook podría llegar a costar a la compañía de Mark Zuckerberg cantidades billonarias. La autoridad de la competencia de EE.UU. (FTC) podría llegar a sancionarle con 40.000 dólares por cada usuario afectado y hay 50 millones. Varias fiscalías estadounidenses también han abierto investigaciones.
Facebook podría enfrentarse a una sanción de 2 billones de dólares si finalmente se demuestra que los datos de 50 millones de sus usuarios fueron utilizados de forma irregular por la empresa Cambridge Analytica para apoyar la campaña de Donald Trump en el 2016. La Federal Trade Comission (FTC), autoridad de competencia de Estados Unidos, investiga si Facebook ha incumplido el acuerdo sobre la privacidad de los datos de los usuarios que firmaron en el 2011; Facebook asegura que no ha violado el acuerdo, pero si la investigación lo demuestra, la multa podría ascender a 40.000 dólares por usuario. El caso afecta a 50 millones de usuarios.
Facebook espera recibir las peticiones de información por parte de la FTC: “Seguimos comprometidos en la protección de la información de las personas”, dijo Rob Sherman, el jefe de privacidad del grupo en un comunicado.
Las fiscalías de Nueva York, Massachusetts y New Jersey ya han anunciado investigaciones para saber si Facebook ha fracasado en la protección de la privacidad de los ciudadanos en sus Estados. Está aún por ver el alcance que tendrá este escándalo. En las últimas horas ya se han presentado al menos dos demandas en Estados Unidos de usuarios que reclaman por los daños causados al no ser Facebook capaz de proteger sus datos.
Pero además, esta crisis amenaza también con marcar un antes y un después en la confianza de los consumidores en las empresas tecnológicas y en un modelo de negocio basado en los datos. El datagate es la gota que ha colmado el vaso. Estábamos advertidos desde que irrumpió el fenómeno de las redes sociales: si el servicio es gratis, el producto eres tu. El debate de la privacidad en las redes va in crescendo desde hace años, y choca con la evidencia de que es inútil poner puertas al campo (tecnológico). Pe- ro todo tiene un límite, y quizá Facebook ha ido demasiado lejos. El escándalo estalla la misma semana en la que un coche autónomo de Uber ha matado a un peatón. La primera víctima de Uber, otra de las empresas tecnológicas que se proponen liderar desde Silicon Valley un nuevo orden mundial.
Cada vez son más voces las que alertan que a Mark Zuckerberg y compañía el futuro se les ha ido de las manos. El cofundador de WhatsApp, Brian Acton, tuiteó la
medianoche del miércoles: “It is time. #deletefacebook”. (Facebook adquirió WhatsApp en el 2014 por 20.000 millones de dólares. Acton dejó el grupo en el 2017). Acton insistía en Twitter: “Delete. Forget it. Now’s the time to care about privacy”. Enseguida #deletefacebook se convirtió en trending topic.
Pero el efecto sobrepasa el mundo virtual. El banco escandinavo Nordea, el mayor en los países nórdicos y bálticos, informó ayer que ha prohibido de forma temporal (durante tres meses) a los administradores de sus fondos de inversión que compren acciones de Facebook. Nordea justificó que la posibilidad de que Facebook haya violado las reglas sobre protección de datos y los mayores riesgos legales derivados hacen que la situación no se corresponda con la transparencia exigida para sus inversiones.
Si fuera un país, con sus 2.000 millones de usuarios, Facebook sería el país más poblado del mundo. Pero, ¿quién controla a Facebook? Es una empresa privada, no está en la ONU... En el 2017, Facebook registró unos ingresos de 27.640 millones de dólares y un beneficio neto de 10.220 millones de dólares.
Además, Facebook conoce a cada uno de sus “habitantes”: puede saber dónde viven, de qué trabajan, quiénes son sus amigos, sus gustos, sus intereses. El negocio de los datos es el sustento de la economía digital, del big data. No es casualidad que las empresas más capitalizadas del mundo sean Apple (889.170 millones de dólares ayer), Amazon (768.000) y Alphabet/Google (763.000). Esta semana Facebook (ayer, 492.080) ha bajado a la séptima posición. Los gigantes tecnológicos venden productos y servicios, pero sobre todo, tienen información de millones de usuarios, por la que empresas y gobiernos están (muy) dispuestos a pagar (mucho). Volkswagen ha sobrevivido al
dieselgate, pero esa crisis aceleró la apuesta del sector automovilístico hacia vehículos menos contaminantes. La prensa internacional también comparaba ayer el datagate con el efecto del accidente de Fukushima, que provocó el replanteamiento de la energía nuclear en el mundo. Está por ver cómo Facebook gestionará su mayor crisis, y quién y cómo puede regular la información en la red. Y cómo los usuarios toman consciencia de ese clic de “aceptar” los términos y condiciones de uso de las redes sociales que hasta ahora es básicamente una letra pequeña que nadie lee.
INVERSORES
El banco escandinavo Nordea prohíbe que sus fondos compren acciones de Facebook
CAMPAÑA
El cofundador de WhatsApp promueve en Twitter darse de baja de Facebook