Sanas y salvas
El Gobierno nigeriano dice que cinco de las chicas han muerto
Las 101 estudiantes secuestradas el 19 de febrero por la banda yihadista Boko Haram en la localidad de Dapchi, en el nordeste de Nigeria, han sido liberadas por el propio grupo fundamentalista.
De vuelta a casa sanas y salvas. 101 estudiantes que fueron secuestradas el pasado 19 de febrero por la banda yihadista Boko Haram en la localidad de Dapchi, en el noreste de Nigeria, fueron liberadas ayer por el propio grupo fundamentalista. A primera hora del miércoles, hombres armados aparecieron en la ciudad sobre varios vehículos y devolvieron a las chicas, de entre 11 y 19 años. Antes de marcharse, los extremistas advirtieron a los padres que las chicas no deben regresar al colegio o volverán a secuestrarlas. Según las víctimas, cinco de sus compañeras murieron durante el secuestro y los fundamentalistas se negaron a liberar a una chica cristiana que rechazó convertirse al islam.
El ministro de Información de Nigeria, Lai Mohammed, aseguró que se trata de una devolución pactada —por eso, dijo, no hubo presencia militar durante la entrega— y subrayó que no se ha pagado rescate por las niñas, aunque varios medios locales aseguran que se ha realizado un importante pago por su liberación, aunque sin concretar la cuantía. El secuestro de Dapchi despertó una ola de indignación en Nigeria por el paralelismo con el rapto masivo de las niñas de Chibok en el 2014, cuando 276 niñas fueron secuestradas por la banda nigeriana en la escuela de esta localidad del noreste nigeriano. De las 219 niñas retenidas entonces (53 escaparon el primer día al saltar de los camiones con los que se las llevaban), más de 100 permanecen desaparecidas. El ataque en Dapchi suponía precisamente el peor secuestro masivo conocido desde el de las niñas de Chibok.
Según explicó un familiar de una de las chicas a la BBC, las cinco chicas fallecidas murieron durante el traslado en camiones el día del ataque y el resto de las rehenes permanecieron encerradas durante todo el cautiverio.
El desenlace del secuestro llega un día después de que la organización Amnistía Internacional denunciara que, el día del ataque, las fuerzas de seguridad nigerianas recibieron hasta cinco llamadas de un inminente ataque en Dapchi. Según la organización, a pesar de tener hasta cuatro horas de margen, ni la policía ni el ejército reaccionaron o intentaron proteger a la población aunque había tropas desplegadas a menos de una hora de la zona.
Un portavoz militar negó haber recibido ningún aviso. El director de AI en Nigeria, Osai Ojigho, acusó al ejecutivo de Muhammadu Buhari, presidente desde el año 2015, de cometer los mismos errores que su predecesor, Goodluck Jonathan. “Las autoridades de Nigeria han fracasado en su obligación de proteger a los civiles, igual que ocurrió en Chibok hace cuatro años”.
Cuando se produjo el ataque de Dapchi, en un principio el Gobierno negó que las estudiantes, que fueron atacadas en su escuela, hubieran sido secuestradas, desmintió a los padres y alegó que las alumnas se habían escondido en el bosque. Una semana después tuvo que admitir el secuestro masivo.
La liberación de las chicas de Dapchi también ahonda en las luchas internas de Boko Haram. En los últimos meses, se han producido enfrentamientos entre la facción liderada por Abubakar Shekau, antiguo líder y quien mantiene a las niñas de Chibok en su poder, y el nuevo hombre fuerte de la banda, Abu Musab Al Barnawi, quien se ha ganado el favor y el apoyo del Estado Islámico. La liberación negociada de las chicas secuestradas de Dapchi, si se confirma el intercambio económico, apunta a un cambio de táctica, ya que hasta ahora Shekau se había mostrado muy poco flexible con cualquier tipo de negociación con el Gobierno nigeriano.
Los yihadistas retienen en su poder a una chica cristiana que se negó a convertirse al islam