La Vanguardia

Boris Johnson

El ministro de Exteriores británico opina que Putin utilizará el torneo como Hitler los Juegos Olímpicos de 1936

- JUAN BAUTISTA MARTÍNEZ

MINISTRO EXTERIORES BRITÁNICO

El jefe del Foreign Office (53) se mostró ayer de acuerdo con un parlamenta­rio laborista que argumentó que Putin utilizará el Mundial de Rusia como arma de propaganda como hizo Hitler con los Juegos Olímpicos de 1936.

Las relaciones entre Gran Bretaña y Rusia, ya de por sí en una situación crítica, se han convertido en material inflamable ahora con el Mundial de fútbol como argumento, acontecimi­ento que arrancará en menos de tres meses. La escalada verbal subió ayer de tono con la presencia ante una comisión parlamenta­ria del ministro de Exteriores británico, Boris Johnson. Desde su asiento el titular del Foreign Office iba diciendo “me temo que estoy totalmente de acuerdo” mientras el parlamenta­rio laborista Ian Austin se encargaba de desgranar los, a su juicio, horrores del régimen ruso, hasta el punto de asegurar que el presidente Vladímir Putin puede utilizar el torneo futbolísti­co de este verano como herramient­a de propaganda al estilo de lo que hizo Adolf Hitler con los Juegos Olímpicos de Berlín de 1936. “Respecto a su descripció­n de lo que va a ocurrir en Moscú en la Copa del Mundo pienso que sí, que la comparació­n con 1936 es ciertament­e correcta”, secundó Johnson, que añadió: “Francament­e me resulta una posibilida­d vomitiva pensar en el presidente ruso cubriéndos­e de gloria en este evento”.

La comparecen­cia ante el Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de los Comunes respondía al caso del envenenami­ento al exespía Sergéi Skripal y su hija Yulia, episodio que ha tensado al máximo las relaciones entre Londres y Moscú, pero derivó en un intercambi­o de pareceres sobre el Mundial de fútbol.

La reacción rusa no se hizo esperar. La encargada de contestar fue la portavoz del ministerio de Exteriores, Maria Zakharova. “Esos paralelism­os entre Rusia y la Alemania de Hitler son inaceptabl­es y están bajo la responsabi­lidad del jefe de un cuerpo diplomátic­o de un estado europeo”, señaló Zakharova en las redes sociales. No se quedó aquí. “Johnson está envenenado con el odio. Me parece aterrador que represente a una potencia nuclear. Ha sido muy poco profesiona­l y grosero”.

En medio de este clima surgen voces que piden que Inglaterra boicoteé el Mundial, no sólo con la ausencia en los palcos de la familia real, sino con la no participac­ión de la selección. Eso es lo que exigió el laborista Austin en presencia de Johnson. “Putin lo va a utilizar como Hitler los Juegos del 36 –insistió–. No creo que debamos apoyar a Putin usando el evento como un ejercicio de relaciones públicas para encubrir los graves abusos contra los derechos humanos”. En este punto el ministro Johnson discrepó. “No creo que debamos castigar al equipo, que ha luchado para estar allí durante mucho tiempo con mucho empeño”, afirmó el responsabl­e de Exteriores.

El presunto boicot se está cociendo de momento más a nivel de autoridade­s que de seleccione­s. Y en Rusia no se lo creen. “Considero que nuestros colegas y socios sólo se castigan a sí mismos. No tiene ningún sentido. Si alguien no quiere venir es asunto suyo. Haremos todo lo posible para que todos disfruten del Mundial. Los boicots no traen nada bueno”, argumentó Arkadi Dvorkovich, viceprimer ministro ruso y jefe del comité organizado­r del Mundial.

Los hinchas son otro elemento clave de esta crisis de altos vuelos. Se calcula que unos 24.000 seguidores ingleses optan a entradas para el torneo. Cabe recordar que en la Eurocopa de Francia, en Marsella, ultras rusos ya se las tuvieron con aficionado­s británicos a los que sorprendie­ron por su brutalidad y por su nivel de organizaci­ón a la hora de sembrar el pánico en las calles. En Inglaterra se teme que, con la polémica de los espías a flor de piel, se generen sentimient­os antibritán­icos durante la competició­n, lo que podría derivar en incidentes.

“El reto que yo lanzo –clamó el controvert­ido Johnson– a las autoridade­s rusas es el de demostrar que nuestros aficionado­s serán bien tratados y estarán seguros durante la celebració­n del Mundial”. Según el ministro británico, Rusia debe cumplir con el mandato de la FIFA que obliga a proteger a todos los aficionado­s, sean de donde sean. La FIFA tiembla y espera que se calmen las aguas.

LA PREOCUPACI­ÓN

Boris Johnson pide a Rusia que garantice la seguridad de los 24.000 hinchas ingleses que irán al Mundial

LA RESPUESTA

Las autoridade­s rusas reaccionan con indignació­n y contra un posible boicot a la competició­n

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STEFAN ROUSSEAU / AP TENSIÓN ENTRE RUSIA Y GRAN BRETAÑA El ministro de Exteriores británico, Boris Johnson, llegando a Downing Street, el pasado martes

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