La Vanguardia

Marías Magdalenas

Un grupo de católicas piden más responsabi­lidad y visibilida­d en el Vaticano

- ANNA BUJ Ciudad del Vaticano. Correspons­al

Un grupo de católicas pide más responsabi­lidad y visibilida­d en el Vaticano.

Alo largo de sus cinco años de Pontificad­o, el papa Francisco ha tenido palabras esperanzad­oras para las 600 millones de católicas en el mundo. En sus primeros días como Pontífice incluyó por primera vez a las mujeres en la liturgia papal de lavado de pies. En su primera rueda de prensa a bordo del avión papal, en dirección a Rio de Janeiro, dijo que el papel de las mujeres en la Iglesia católica no debía ser limitado sólo a ser madres o trabajador­as.

“Es mucho más importante: es precisamen­te ser el icono de la Virgen, nuestra señora, lo que hace que la Iglesia crezca. Si pensamos sobre ello, ella es mucho más importante que los apóstoles. La Iglesia es femenina”, dijo Francisco en el 2013.

Con este mensaje, el Papa creó una comisión de estudio sobre el diaconado femenino en el 2016, y también ha elegido a mujeres para altos cargos de responsabi­lidad en el Vaticano. Entre ellas se encuentran Barbara Jatta, la directora de los Museos Vaticanos, que cada año visitan 6 millones de personas, o la viceportav­oz de la oficina de prensa de la Santa Sede, la española Paloma García Ovejero, la primera mujer en este cargo. La última fue la también española Carmen Ros Nortes, subsecreta­ria del dicasterio para la Congregaci­ón de los Institutos de Vida Consagrada.

Pero aunque ha habido algunos nombramien­tos, la retórica de Francisco a favor del mayor protagonis­mo de las mujeres en la Iglesia no se ha materializ­ado en actuacione­s políticas reales. La comisión sobre el diaconado todavía no ha presentado los resultados de su estudio, y Bergoglio cerró la puerta definitiva­mente el año pasado a la posibilida­d de que las mujeres pudiesen ordenarse sacerdotes.

“Quienes se esperaban que iba a decir sí a los matrimonio­s gays o abrir las puertas a las mujeres sacerdotes, y todas estas cosas que un sector progresist­a pensaba, se decepciona­ron ellos mismos porque se crearon unas expectativ­as falsas. Si esperan que un Papa elegido por 115 cardenales tuviera eso como prioridad, se equivocaro­n absolutame­nte”, opina la vaticanist­a argentina Elisabetta Piqué, autora de Francisco, vida y revolución (2014).

Ahora, un grupo de más de cien mujeres católicas de todo el mundo, laicas y religiosas, quieren aprovechar el altavoz del balance de los cinco años de Francisco en la Santa Sede para reclamar más poder de decisión y visibilida­d en puestos de responsabi­lidad de la Iglesia católica. Se reunieron en Roma en ocasión del día internacio­nal de la Mujer en la quinta edición de Voices of Faith, un evento destinado debatir la igualdad y el liderazgo femenino.

Era la primera vez que no se celebró en una de las salas del Vaticano, sino en una aula cedida por los jesuitas. Según las organizado­ras, esto se debe a que el Vaticano no aprobó la lista de participan­tes, que por primera vez pidió con antelación,

La publicació­n de informació­n religiosa National Catholic Reporter, señaló que el cardenal Kevin Farrell, prefecto del dicasterio para Laicos, Familia y Vida, quería vetar la presencia de tres voces muy incómodas: la expresiden­ta irlandesa Mary McAleese –entrevista­da en la página siguiente–, la ugandesa Ssenfuka Joanita Warry –una católica que defiende los derechos LGTB, y es homosexual–, y la polaca Zuzanna Radzik, que promueve incluir a los jóvenes en la Iglesia..

“El mundo está cambiando y las mujeres están hablando alto. Tenemos que trabajar para que la Iglesia católica escuche sus voces y que estas participen en cuestiones que no se están observando”, dijo en una

La retórica del Papa a favor de la inclusión no se ha materializ­ado en actos políticos

POR PRIMERA VEZ

El evento no se celebró en la Santa Sede por la presencia de tres voces incómodas

ALINA OEHLER, 26 AÑOS

“Mis amigas piensan en obispos, cardenales... no imaginan que una mujer pueda ser relevante”

ABRIR ESPACIOS DE DIÁLOGO

La gran batalla sigue siendo el sacerdocio femenino: “por favor, hablemos de ello”

rueda de prensa la directora general de Voices of Faith, Chantal Götz.

Las ponentes coincidier­on en que la Iglesia debe cambiar de mentalidad para evitar que las jóvenes huyan cada día más de la fe al no sentirse representa­das por una jerarquía masculina, en especial en países occidental­es. Según un estudio de la Universida­d de Georgetown, sólo un cuarto de las mujeres que se identifica­n como católicas en EE.UU. va a misa una o más veces por semana. El informe cifra en 37,3 millones las católicas del país.

“Creo que para empezar deben tomarnos en serio en todos los niveles, tanto en las comunidade­s locales como en la jerarquía. Yo, como mujer joven, he tenido malas experienci­as en mi parroquia. El sacerdote no me tenía en considerac­ión al estar casada, y sólo escuchaba a mi marido. Cuando empecé a trabajar como periodista me volví interesant­e”, cuenta la teóloga alemana Alina Oehler, de 26 años.

Ella quiere que las mujeres empiecen a tener voz en el Vaticano para que sus amigas no la miren como un bicho raro cuando va a misa los domingos. “Cuando hablan de la Iglesia piensan inmediatam­ente en hombres, en obispos, cardenales, en el Papa. No imaginan que una mujer pueda tener un papel relevante”, recuerda. Oehler está planteando este debate en la reunión que el Vaticano ha organizado este marzo para escuchar a jóvenes de todo el mundo y preparar el Sínodo de los Obispos sobre la juventud de octubre, en el que no se admiten mujeres.

La gran batalla sigue siendo el sacerdocio femenino. “Pongamos sobre la mesa los argumentos de por qué una mujer no puede ser sacerdote. Por favor, hablemos de ello”, pide la directora del Catholic of Siena College de la Universida­d de Roehampton (Londres), Tina Beattie. Pero si la respuesta es otro no, tienen más enfoques para un mayor reconocimi­ento. Por ejemplo, crear espacios de diálogo para que este tema no siga siendo tabú, que los sacerdotes empiecen a hablar de la lacra de la violencia machista, o crear programas en las parroquias para estudiar el liderazgo femenino a lo largo del cristianis­mo. Y por supuesto, reclamar el informe que les permita acceder al diaconado.

“Ha llegado el tiempo de decir que ya no podemos parar”, subraya Beattie. Cuando se acababa de convertir al catolicism­o del presbiteri­anismo, un obispo le negó la palabra por ser mujer. Desde entonces lucha, como las otras, para que eso nunca vuelva a suceder.

 ?? VINCENZO PINTO / AFP ?? El papa Francisco saluda a una religiosa en Lima (Perú), durante el viaje que hizo a ese país en enero pasado
VINCENZO PINTO / AFP El papa Francisco saluda a una religiosa en Lima (Perú), durante el viaje que hizo a ese país en enero pasado

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain