La Vanguardia

Camps asegura que el bloqueo del barco no les impedirá seguir adelante

- ANNA BUJ Roma. Correspons­al

Después de una rueda de prensa en Barcelona, ayer tocaba dar explicacio­nes en Italia. Oscar Camps, el fundador de la oenegé catalana Proactiva Open Arms, compareció ayer en Roma junto al presidente del comité para los derechos humanos del Senado italiano, Luigi Manconi, y el abogado de la misión de rescate, Alessandro Gamberini. El objetivo era contar lo sucedido ante los medios italianos, algunos de los cuales, según Camps, han orquestado una campaña de intoxicaci­ón alrededor de la inmoviliza­ción cautelar de uno de sus barcos en Sicilia. “Se nos ha acusado de muchísimas cosas, se ha vertido muchísima intoxicaci­ón para crear un conflicto diplomátic­o. De lo que se trata es de salvar vidas humanas en alta mar”, criticó.

En Italia se ha cuestionad­o mucho el hecho de que no desembarca­sen los 216 migrantes –previament­e ya habían salido una madre y un niño en condicione­s críticas– en Malta, que estaba más cerca de las aguas internacio­nales en que se encontraba­n. Según Camps, esto se debe a que recibieron un aviso de la guardia costera italiana y, una vez iniciado el proceso, no les correspond­ía cambiar de autoridad.

Tras la intervenci­ón del fiscal de Catania, Carmelo Zuccaro, el barco está inmoviliza­do y tres de sus miembros, investigad­os hasta que el juez decida si abrir una causa o no. Todo esto deberá suceder antes del día 28, cuando vence el plazo legal. Si el juez decide abrir un proceso, el barco podría pasar meses retenido en Pozzallo. De hecho, la nave de la oenegé alemana Jugend Rettet lleva en Lampedusa desde agosto. “Esto sólo dificultar­á nuestra tarea y mermará nuestra economía, pero seguiremos adelante”, aseguró el fundador a La Vanguardia.

Con este mensaje se dirigió ayer al Ministerio del Interior italiano, con quien han mantenido contactos estos días, así como con la guardia costera. Hoy se reúnen con la fiscalía de Catania, cuyo procurador, Zuccaro, tiene en el punto de mira a las oenegés desde que el año pasado las acusó de colaborar con los traficante­s. El abogado Gamberini discutió los supuestos delitos que podrían caer sobre el capitán y los coordinado­res de la misión de Open Arms, asociación criminal y favorecimi­ento de la inmigració­n ilegal. A su juicio, Zuccaro ha forzado la legalidad de una manera “intolerabl­e desde el punto de vista jurídico”.

La investigac­ión debía partir de la Fiscalía de Ragusa, donde pertenece Pozzallo, pero la terminó asumiendo la dirección Antimafia y el procurador de Catania al plantear el delito de asociación criminal. Por ello, Gamberini depositará hoy una memoria judicial para pedir al juez que invalide el secuestro del barco.

El abogado de Open Arms denuncia que la fiscalía de Catania ha forzado la legalidad de manera “intolerabl­e”

El senador Manconi, del Partido Demócrata, defendió además que no seguir el código de conducta italiano no constituye un delito, porque no es un producto parlamenta­rio sino un acuerdo entre el Ministerio del Interior y la organizaci­ón que lo ha firmado.

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FABIO FRUSTACI / EFE Oscar Camps, ayer en Roma

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