Muñecos contra el estigma
Iniciativas inclusivas en el día mundial del síndrome de Down
Los más pequeños ven en los muñecos con los que juegan “una representación de ellos mismos”, y por eso es importante que existan modelos de este tipo de juguetes en los que puedan verse reflejados. Esto dice Claudia Díaz, una de las fundadoras –junto a su socia Carmen Granados– de la juguetería en línea JugariJugar.com.
En Argentina causó sensación, el martes, el lanzamiento de Oli, una muñeca con rasgos de síndrome de Down, con motivo del día mundial dedicado a esta discapacidad que se celebró ayer. Precisamente, y con este motivo, el estudio español de diseño La Casa de Carlota, el primero del mundo que integra de forma activa y vinculante a diseñadores con síndrome de Down y autismo, fue invitado a la sede de la ONU para explicar su proyecto .
El de Argentina no es el primero de estos muñecos. En el 2007, un fabricante de Ibi (Alicante) ya hizo uno, y en el 2013, Connie Feda, una madre de Pittsburgh, creó las muñecas Dolls for Downs, después de que su hija Hanna le preguntara por qué ninguna de las muñecas con las que jugaba se parecía a ella.
Jugar i Jugar también vende muñecos con estos rasgos en su tienda –un niño y una niña–, desde hace más de un año, y con muy buena aceptación. Los compran habitualmente “escuelas, padres que la quieren para un hijo o una hija que padece esta alteración genética o que la quieren para un niño en cuyo entorno familiar hay alguien con síndrome de Down”.
Y es que cada vez hay más muñecos que “favorecen el juego infantil independientemente de la situación física o mental del niño”, explica Díaz, que en su tienda vende muñecos que presentan discapacidades como la ceguera, niños en silla de ruedas o muñecos que llevan un audífono. La fundadora de Jugar i Jugar también explica que es importante que “esta representación que hacen los muñecos sea fiel a la edad del niño”, para que no muestren versiones idealizadas o irreales del cuerpo del menor .
Y por supuesto, ya hace mucho que existen muñecas con diferentes rasgos étnicos. La primera Barbie de color apareció en 1980, pero todavía presentaba rasgos caucásicos. En el 2009 Mattel, el fabricante, sacó una representación más realista de una mujer afroamericana, y actualmente es fácil encontrar muñecas con rasgos hindúes o latinoamericanos.