Viva la opción B
Me desperté con la mala noticia del cambio de recorrido en la Volta. Una parte de mí, como espectadora egoísta desde el sofá de casa, quería disfrutar del emocionante final en Vallter que nos ofrecía esta etapa. ¡Tanto da la nieve, el frío, el riesgo...! ¡Queremos espectáculo! Que resbalen las ruedas cuando se levanten del sillín. Que no puedan coger el bidón de agua por no tener tacto en las manos. ¡Eso es el ciclismo!
Parece extraño priorizar la seguridad y la salud de los ciclistas a la espectacularidad de una carrera. Ya es casi una costumbre ver las primeras carreras de la temporada marcadas tanto por el frío como por la lluvia y la nieve.
No se puede prever la meteorología adversa. En este caso es excepcional que a finales de marzo caiga una nevada tan importante en Catalunya, pero ¿podrían ser evitables las condiciones tan extremas, cada vez más habituales en el inicio de la temporada? Creo que no sería tan descabellado poner sobre la mesa la posibilidad de retrasar la temporada unas semanas. No sólo los ciclistas sufren estas condiciones. También todas aquellas personas que están detrás y que hacen que todo eso sea posible, desde los que se encargan de la retransmisión de la carrera (cámaras, fotógrafos...) hasta los que controlan la seguridad de su recorrido (motos de policía, voluntarios...). Seguramente sólo debe ser un deseo mío y nunca se planteará tal opción, ya que la elaboración del calendario es más compleja de lo que parece. Pero me quedo con la buena noticia, como espectadora con juicio, que haya aparecido la opción B de la Volta para velar por la seguridad de todo el mundo y ofrecer todavía más emoción a la decisiva y preciosa etapa que nos espera hoy, subiendo el alto de La Creueta con una clasificación general tan ajustada.