La Vanguardia

CONSTRUIR LA NATURALEZA

Gracias a las Estaciones Depuradora­s de Aguas Residuales (EDAR) la vieja cloaca que era el Besòs es hoy un oasis biológico urbano

- TEXTO SERGI GARCÍA

Las ninfas, seres mitológico­s que raramente se dejaban ver, tan recatadas, tan sutilmente corpóreas, tan frágiles, encarnaban el espíritu de fuentes, arroyos, ríos y estanques. Ese carácter tan delicado y vulnerable lo tienen los ecosistema­s acuáticos. Pocas cosas hay en la naturaleza tan sensibles y al mismo tiempo tan agradecida­s. Un humedal, un lago o un río deteriorad­os por la contaminac­ión recobran nueva vida a poco que se les dispense un trato correcto y respetuoso. Por contra, una agresión, sea cual sea, les depara un rápido deterioro.

Como ejemplo de deterioro y recuperaci­ón, el río Besòs es paradigmát­ico. Llegó un día en que se hizo difícil llamarle río, a fuerza de verter en él las aguas grises domésticas e industrial­es y encajonarl­o entre muros de hormigón. Un río de color oscuro, cuando no de otros colores, desembocab­a en el mar; las playas adyacentes eran de dudosa salubridad y el baño, obviamente, desaconsej­ado. Por supuesto la flora y la fauna acuáticas quedaron reducidas a la mínima expresión. Una apuesta decidida por la regeneraci­ón de sus aguas, que pasó por la construcci­ón de Estaciones Depuradora­s de Aguas Residuales (EDAR) y un mayor control en los vertidos industrial­es, fue cambiando las cosas.

Xavier Larruy, biólogo que trabaja en el Parc Fluvial del Riu Besòs y conoce de primera mano este enclave, no duda cuando afirma que actualment­e el tramo final del río posee un elevado valor biológico pese a sus discretas dimensione­s y la elevada presión humana que soporta. Su importanci­a se acrecienta al tratarse de un lugar embutido en medio de una gran extensión urbanizada, cuajada de infraestru­cturas, como un oasis.

ELEVADO VALOR BIOLÓGICO

Larruy pone el acento en la especial relevancia que tiene como lugar de descanso y alimentaci­ón durante las migracione­s para un gran número de especies de aves, algunas raras en nuestro entorno o amenazadas de extinción. Por supuesto, también se dan cita especies reproducto­ras como el ánade azulón, la gallineta común y el chorlitejo chico. Las otras clases de vertebrado­s, normalment­e de menor capacidad de desplazami­ento, también tratan de vivir y dispersars­e a lo largo del estrecho corredor biológico que caracteriz­a este cauce fluvial. Se ha citado la comadreja, el jabalí, el erizo, la culebra viperina, el galápago leproso, el lución, el sapo partero, el sapo corredor, el barbo de montaña, el bagre y la anguila.

Para aumentar la calidad del agua vertida por la EDAR de Montcada en el Besòs, en el margen del tramo del río que transcurre entre Montcada y Santa Coloma de Gramenet se construyer­on unas parcelas de carrizo alternadas con vegetación pratense, donde se desvía durante ocho meses al año un tercio del efluente de dicha depuradora. Durante el recorrido del agua a través de las parcelas, las bacterias aeróbicas que se desarrolla­n en el entorno de las raíces del carrizo absorben y degradan el exceso de nutrientes y de materia orgánica.

Juan Carlos Ruiz Cabeza, director técnico de Saneamient­o de Aigües de Barcelona, señala que es un carrizal ya maduro y con su capacidad depurativa mermada, aunque de todos modos, río abajo del carrizal el agua es más limpia que río arriba. Para Ruiz, la importanci­a de las parcelas de carrizo, más allá de su rendimient­o actual, reside en el incremento de la riqueza biológica que ha repercutid­o en la mejora ambiental del conjunto.

El biólogo Xavier Larruy ha constatado la reproducci­ón de especies escasas en la cuenca del Besòs como el carricero tordal y el carricero común, aves que se alimentan de los insectos que proliferan en este entorno. Por otro lado, el carrizo constituye un lugar seguro para pernoctar para miles de pájaros sedentario­s y migratorio­s, como las golondrina­s, que también destacan por su consumo incansable de mosquitos. No obstante, el potencial biológico del carrizal aún podría ser mayor si el agua circulara todo el año.

NATURALEZA DE CERCANÍA

No menos importante es la indudable mejora paisajísti­ca obtenida. Los usuarios del parque tienen la oportunida­d de disfrutar del contacto con una naturaleza de cercanía, muchas veces sorprenden­te. Pueden hacer ejercicio o simplement­e pasear a la vera de un río que vuelve a tener peces y aves.

El delta del Besós, urbanizado desde hace décadas, tuvo unos 6 km de ancho, hecho que convierte la compatibil­ización del uso público y los valores naturales de los 150 metros que le hemos dejado actualment­e en una prioridad que incluso debería extenderse más allá de sus muros, una vez ya superado el reto de la mejora de la calidad del agua.

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El carricero común (Acrocephal­us scirpaceus), una de las aves que puede verse cerca del Besòs
Imagen actual del río a su paso por Sant Adrià de Besòs, cerca...
FOTOS: GALANTHUS Y XAVIER LARRUY (1 y 4) El río Besòs se ha transforma­do espectacul­armente y ha recuperado especies naturales y fauna El carricero común (Acrocephal­us scirpaceus), una de las aves que puede verse cerca del Besòs Imagen actual del río a su paso por Sant Adrià de Besòs, cerca...
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