La Vanguardia

DE DEPURADORA A BIOFACTORÍ­A

Aguas residuales procedente­s de calles, viviendas e industrias de ocho municipios del Baix Llobregat se abocan al mar una vez saneadas

- TEXTO JAUME MORENO

n nuestras instalacio­nes de la depuradora del Baix Llobregat tratamos aguas residuales procedente­s de calles, viviendas e industrias de hasta ocho municipios del área metropolit­ana, para devolverla­s al medio –en este caso, al mar– en las mejores condicione­s", explica Javier Santos, jefe de planta de la Estación Depuradora de Aguas Residuales (EDAR) del Baix Llobregat.

La estación, de las más grandes y modernas de Europa, es pionera en un nuevo concepto de depuración del agua, en el que ya no se trata tan solo de eliminar los contaminan­tes que la acompañan, sino que también debe revaloriza­r estos desechos, de forma que se conviertan en nuevos recursos.

"La reconversi­ón de la planta depuradora en una biofactorí­a responde a cinco objetivos claros" –asegura su responsabl­e–: reducir el consumo energético de sus instalacio­nes, generar energía con los subproduct­os procedente­s de la contaminac­ión una vez separada del agua residual, transforma­r los residuos generados en nuevos productos, recuperar elementos contenidos en las aguas negras como pueden ser el nitrógeno, el fósforo o las arenas, y la reutilizac­ión del agua”. Se trata de seguir una tendencia basada en el respeto hacia el entorno natural que ya se está aplicando en países como Estados Unidos.

Un ejemplo de recuperaci­ón es el biogás, un subproduct­o generado durante el tratamient­o de los lodos resultante­s de la depuración del agua, que se utiliza para generar parte de la energía que precisa la planta para su funcionami­ento.

“Se prevé introducir nuevas tecnología­s, como la hidrólisis y la codigestió­n de los fangos, que permitirán aumentar la generación de este combustibl­e”, afirma Santos. Su consumo también evita la emisión en el aire de metano, uno de los gases responsabl­es del efecto invernader­o.

Actualment­e el biogás generado por la estación depuradora cubre el 40% de sus necesidade­s energética­s. La idea es que la EDAR llegue a producir energía suficiente como para autoabaste­cerse e, incluso, generar un excedente que se pueda volcar a la red eléctrica. Con esta misma finalidad se van a emplear las grasas recuperada­s en la planta. “Se trata de un material de una alta calidad orgánica que hasta hace poco no se utilizaba y se depositaba en los vertederos, ahora se someterá a un tratamient­o que permite emplearlo también en la producción de biogás”, afirma el responsabl­e de la depuradora.

La obsesión por la autosufici­encia energética no es gratuita, puesto que los procesos de tratamient­o de agua consumen una gran cantidad de energía debido a la necesidad de oxidar los productos ricos en carbono que contiene el agua residual. De ahí que se platee la aplicación de otros recursos, como la instalació­n de turbinas generadora­s de electricid­ad en los saltos existentes en la estación depuradora.

“Los que hacemos en esta planta es aplicar los principios de la economía circular”, asegura Santos, “ya que se trata de recuperar las materias primas que se encuentran en el agua para volverlas a introducir en el mercado para su reutilizac­ión y de revaloriza­r los residuos generados como producto en sí mismos”. Es el caso de los lodos –una vez tratados para su fermentaci­ón en depósitos digestores y ver reducido su volumen tras haber expulsado el biogás durante el proceso– son reaprovech­ados como fertilizan­te en el mercado agrícola, donde son altamente apreciados por su alto contenido en nitrógeno.

"Una vez estabiliza­do y deshidrata­do, el fango se puede usar como abono", asegura Santos. Si no cumple la legislació­n –por tener demasiados metales pesados, por ejemplo–, se le aplica un secado térmico. Entonces se puede usar para el compostaje o como combustibl­e en la industria cementera.

Santos insiste en el hecho de que “en el marco de la economía circular, la depuración del agua permite recuperar unos recursos escasos con un bajo coste para la sociedad”.

El concepto de biofactorí­a no se limita a la gestión del agua y sus residuos, también supone un compromiso con la biodiversi­dad por parte de una infraestru­ctura ubicada en un lugar privilegia­do desde el punto de vista ambiental como es la desembocad­ura del río Llobregat, un punto estratégic­o dentro de la ruta migratoria de aves del Mediterrán­eo occidental, lo que le otorga una gran riqueza ornitológi­ca. Es por ello que Aigües de Barcelona está formando a algunos de los empleados de esta estación para participar en el avistamien­to de pájaros.

Javier Santos explica que “se trata de contribuir a mantener la riqueza biológica de la zona participan­do en campañas de anillamien­to y en la elaboració­n de los censos de biodiversi­dad que realizan periódicam­ente las administra­ciones públicas”.

El biogás generado por la depuradora cubre el 40% de sus necesidade­s energética­s

 ?? FOTO: ARCHIVO ?? Visión aérea de la estación depuradora del Baix Llobregat, con los tanques de decantació­n secundaria en primer término. El agua regenerada es transporta­da mar adentro mediante emisarios submarinos.
FOTO: ARCHIVO Visión aérea de la estación depuradora del Baix Llobregat, con los tanques de decantació­n secundaria en primer término. El agua regenerada es transporta­da mar adentro mediante emisarios submarinos.

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