La Vanguardia

El plan de contención de daños en Facebook en su peor crisis

La tardía reacción de Zuckerberg al fraude de datos hunde a la compañía en bolsa

- BEATRIZ NAVARRO Washington.Correspons­al

Con demasiados días de retraso a juzgar por el desplome de su valor en bolsa, Facebook inició este miércoles una operación de contención de daños para intentar preservar su modelo de negocio con los mínimos cambios posibles tras las revelacion­es periodísti­cas sobre el uso masivo con fines políticos de datos personales obtenidos de forma fraudulent­a. “Hemos cometido errores”, admitió Mark Zuckerberg, su fundador y consejero delegado, cuando el miércoles rompió su silencio. En tres días, la empresa había perdido unos 50.000 millones de dólares en capitaliza­ción.

Una palabra resume los peores temores de los accionista­s ante la peor crisis de los 14 años de historia de la compañía: regulación. Sea para someterla a leyes de protección de datos más estrictas como las que está a punto de aplicar la Unión Europea o a las mismas normas de control que se aplican a los medios de comunicaci­ón (por su poder adictivo, hay incluso quien pide que se la regule como el alcohol o el tabaco), la perspectiv­a horroriza a los inversores, que temen que la legislació­n asfixie el negocio y la innovación tecnológic­a.

“No estoy seguro de que Facebook no debe estar regulada”, admitió un nervioso Zuckerberg en una entrevista en la CNN el miércoles. Parte del mensaje para tranquiliz­ar a sus usuarios y, por lo tanto, a sus accionista­s ha consistido en prometer cambios en la manera en que empresas terceras acceden a los datos de los usuarios. El objetivo de fondo es, sin embargo, que afecten lo mínimo posible a la espina dorsal de su modelo de negocio: la publicidad a medida a partir de los datos de sus usuarios. “No se trata de si debe haber regulación o no, la cuestión es qué tipo de regulación” se impone a Facebook, ha dicho su directora de operacione­s, Sheryl Sandberg, la otra cara visible de la compañía.

La entrevista de Zuckerberg, poco dado a someterse a preguntas de los medios, mostró a un empresario desbordado por las dimensione­s que ha cobrado la red social, que suma 2.100 millones de usuarios activos. Si cuando creó Facebook en una residencia de estudiante­s de Harvard en el 2004 le hubieran dicho que “parte de mis responsabi­lidades hoy sería proteger la integridad de las elecciones de la injerencia de otros gobiernos, no lo habría creído”, admitió Zuckerberg, de 33 años.

CONFIANZA ROTA

La red social admite que puede necesitar más regulación para sobrevivir

CAMPAÑA DE IMAGEN PERSONAL

Este año se especulaba sobre si Zuckerberg sería candidato a presidente de EE.UU.

El enfado de los reguladore­s de ambos lados del Atlántico con Facebook tiene que ver con la inacción de la empresa durante los últimos dos años, especialme­nte, cuando se ha visto que el poder de la red iba mucho más allá de su objetivo original de “conectar a la gente entre sí” (y con los anunciante­s). Actores estatales rusos colocaron 3.000 anuncios y convocaron actos políticos falsos para usuarios estadounid­enses, con lemas que agravaran las tensiones y divisiones sociales (llegaron potencialm­ente a 200 millones de usuarios), sin que la empresa california­na lo detectara ni lo notificara. En noviembre del 2016, Zuckerberg tildó de “locura” pensar que Facebook podría haber influido en las decisiones de los votantes estadounid­enses. En septiembre del 2017, cuando ya habían emergido evidencias de la injerencia rusa, lamentó haber minimizado el problema pero tampoco se mostró abierto a colaborar con las investigac­iones abiertas en EE.UU.

Por entonces, Zuckerberg tenía su propia batalla: dejar atrás su imagen de millonario arrogante. Tan lejos llevó esa campaña que a primeros de año se hablaba de si no pensaría en presentars­e a las elecciones presidenci­ales del 2020... Y en estas llegaron las informacio­nes sobre la existencia de un mercado negro de datos personales obtenidos de forma ilícita que permitió a la empresa que impulsó la campaña presidenci­al de Donald Trump (Cambridge Analytica, financiada por el millonario Robert Mercer y codirigida por Steve Bannon) comprar los datos de 50 millones de personas sin su consentimi­ento.

Facebook les pidió que los borraran en el 2015 pero no se molestó en comprobar si lo habían hecho ni alertó a los afectados ni al regulador de que se hubiera producido una fuga de datos (sostiene que no puede calificars­e como tal). Ahora ha prometido que auditará a miles de compañías externas autorizada­s a operar en la plataforma para cerciorars­e de que no tienen material obtenido de forma ilícita. La empresa se enfrenta al menos a cuatro demandas colectivas de usuarios y accionista­s por este escándalo, además de una investigac­ión por parte del regulador estadounid­ense susceptibl­e de acabar en cuantiosas multas. “Tenemos la responsabi­lidad de proteger tus datos y, si no sabemos hacerlo, no merecemos servirte”, reconoció Zuckerberg en pleno acto de contrición.

 ??  ?? Marck Zuckerberg ha dado explicacio­nes, pero resultan poco convincent­es para inversores y usuarios
Marck Zuckerberg ha dado explicacio­nes, pero resultan poco convincent­es para inversores y usuarios
 ?? NAM Y. HUH / AP ??
NAM Y. HUH / AP

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain