Alarmante siniestralidad en las carreteras
ES necesario conocer cuanto antes las causas que han provocado el alarmante aumento de la siniestralidad en las carreteras y ciudades catalanas. Los accidentes de tráfico registrados en los tres primeros meses del año, desde el 1 de enero hasta el 21 de marzo pasado, han provocado la muerte de 44 personas, veinte más que el año pasado en las mismas fechas, según ha alertado el RACC. Este es un problema al que hay que poner fin porque no se puede seguir con este elevado ritmo de aumento de accidentes y de mortalidad.
En la medida que se conozcan las causas concretas que han provocado tantos accidentes en Catalunya se podrá actuar en consecuencia. El RACC ha propuesto una amplia lista de medidas que habría que adoptar para reducir la siniestralidad y sería bueno que se pusieran en práctica. Pero lo más urgente es conocer las causas que han disparado el número de accidentes para poder actuar contra ellas con la máxima eficacia.
Puede haber influido en el aumento de la siniestralidad el mayor parque móvil como consecuencia de la recuperación económica, lo que explicaría que estuviéramos en un nivel de accidentes similar al de hace diez años, antes de la crisis. Pero es significativo tener presente que Catalunya es la única comunidad autónoma en la que el número de accidentes ha crecido de forma tan espectacular. Es más: en el resto de España ha bajado la siniestralidad más de un 10% mientras que aquí ha subido el 81%.
El análisis de los datos que deberían obrar en manos de las patrullas de tráfico de los Mossos d’Esquadra permitiría determinar si el incremento de accidentes se debe a las distracciones, como consecuencia del uso del móvil o del GPS, al consumo de drogas o alcohol, al fallo de los vehículos como consecuencia de su antigüedad o a los puntos negros de la red viaria. También permitiría determinar si los accidentes han estado protagonizados en su mayoría por vehículos de dos o de cuatro ruedas, por conductores jóvenes o de edad avanzada, así como en qué proporción se han producido en autovías, carreteras secundarias o espacios urbanos.
Todos los datos anteriores, entre otros, son muy relevantes para poder adoptar las medidas de prevención más adecuadas y específicas, con la máxima urgencia, para evitar que continúe el ritmo actual de siniestralidad. Si no se reduce el número de accidentes, el año puede acabar con el balance de más de trescientos muertos, casi el doble que el año anterior. Mientras no se adopten mayores medidas de prevención, sin embargo, hay que reiterar el llamamiento a los conductores para que circulen con la máxima prudencia, especialmente en estas fechas de Semana Santa en la que tantos vehículos salen a la carretera.