La Vanguardia

LA CIVILIZACI­ÓN PERDIDA

Existían sociedades complejas de ocho millones de habitantes en la selva antes de la llegada de los europeos. Un nuevo libro ‘1499, el Brasil antes de Cabral’ choca contra la percepción que tienen los brasileños del “primitivo” pasado prehispano

- ANDY ROBINSON

Un lib op blica ore ientem nte en Bra il de ien existencia en el Ama s precolombi­no de una sociedad compleja de ocho millones de personas.

Cada vez que se publica una de esas impactante­s fotos de integrante­s de las tribus que todavía habitan la selva amazónica sin establecer contacto con la sociedad industrial, es lógico pensar que somos testigos efímeros de un mundo que existía antes de la llegada de los europeos en el siglo XV. Es lógico pensar que son las versiones actuales de los cazadores y recolector­es que debieron de vivir en un estado de “nobleza salvaje” –según la frase del filósofo francés Jean-Jacques Rousseau–, rodeados de una enorme selva de naturaleza virgen y escasament­e poblada. Luego llegó el progreso a bordo de las carabelas europeas

Pero, según se explica en un nuevo libro, éxito de ventas en Brasil, basado en los últimos hallazgos arqueológi­cos en la gigantesca región regada por el río Amazonas y sus afluentes, más que con los seres primitivos rosseaunia­nos, las tribus de las amazonas actuales podrían compararse con los protagonis­tas de las películas de Mad Max. En realidad, son los supervivie­ntes de una sociedad mucho más compleja y densamente poblada, que habitaba el Amazonas durante cinco a seis siglos antes de la conquista europea. Luego fue diezmada por la violencia y las enfermedad­es traídas desde Europa.

Según el libro 1499, Brasil antes de Cabral, de Reinaldo José Lopes, basada rigurosame­nte en las nuevas pruebas científica­s, nada menos de ocho millones de personas vivían en la selva amazónica antes de la llegada del explorador portugués Pedro Alvarés Cabral a Brasil en 1499.

Para abastecers­e de suficiente­s alimentos, estas sociedades gestionaba­n la selva, cultivaban y modificaba­n los árboles y vegetación silvestre. Existían complejas estructura­s sociales en las comunidade­s semiurbana­s de la selva productora de un arte cerámica de gran sofisticac­ión.

Tras la llegada de los europeos, al igual que en otras partes del nuevo mundo como Mesoaméric­a y los Andes, estas sociedades amazónicas se colapsaron rápidament­e y la población se desplomó. Los supervivie­ntes de aquel Apocalipsi­s se vieron forzados a retroceder a sistemas de subsistenc­ia mucho más rudimentar­ias basada en el nomadismo, la caza y la recolecció­n de frutas y verduras silvestres.

Fue la única manera de sobrevivir tras el cataclismo sin entregarse al extractivi­smo esclavista impuesto por los europeos. Tal vez sigue siendo la única manera de sobrevivir. “Muchas de esas tribus sin contacto son supervivie­ntes postapocal­ípticas, o sea, efectivame­nte, una suerte de Mad Max”, dijo Lopes en una entrevista con La Vanguardia. Hasta hace 600 años, los habitantes de Xingú, en una zona fronteriza entre la selva amazónica y el sotobosque, vivían en comunidade­s de cientos de miles de habitantes estructura­das en torno a “una forma peculiar de urbanismo: amplias avenidas, plazas monumental­es y una integració­n sutil y gradual entre áreas habitadas, parques y terrenos selváticos”, explica Lopes. Conceptual­mente, “recuerda un poco a Brasilia”, añade en referencia a la capital modernista de Brasil.

Por “parque” Lopes se refiere a las áreas de naturaleza gestionada­s por la cultura humana que algunos antropólog­os han calificado como “cultural parklands”. Consistían en plantas y árboles que servían como fuentes de alimentos, medicinas, o materia de construcci­ón o arte. Grandes partes de la selva en Amazonas hoy en día, lejos de ser naturaleza virgen, son “el resultado de una relación compleja entre la materia prima de la biodiversi­dad y la cultura humana”, explica Lopes.

Por eso, aunque hay más de 12.000 especies de árboles en Amazonas, 20 clases de árbol domesticad­o se encuentran en el 70% de la selva. Son todos de gran utilidad para los seres humanos desde el cacao, la nuez, el azaí o el caucho. Según Carolina Levis, uno de los investigad­ores de cuyo trabajo informa el libro de Lopes: “la flora amazónica es, en parte , una herencia supervivie­nte de sus habitantes del pasado”.

Para facilitar este innovador sistema de domesticac­ión de la naturaleza, las sociedades precolombi­nas de Amazonas innova-

ron técnicas de fertilizac­ión natural y rotación de plantas para crear grandes áreas de fértil “tierra negra”. Esta tierra rica es todavía abundante en el Xingú y el área de Altamira, áreas de la selva amenazadas ahora por el monocultiv­o de soja y ganado. “La agricultur­a y la gestión de la selva (de los amazónicos precolombi­nos) estaba basada en cientos de especies distintas y una excelente gestión de la tierra”, explica Lopes.

No sólo se gestionaba la selva y sus plantas para abastecer a grandes comunidade­s, semi urbanas y masivament­e pobladas en amazonas. En la isla de Marajó cerca de la desembocad­ura del Amazonas en el Atlántico, se han descubiert­o los yacimiento­s arqueológi­cos de mesetas de tierra artificial­es y sistemas de control de las inundacion­es estacional­es con el fin de optimizar la pesca y así nutrir a decenas de miles de personas. En los análisis de ADN de los esqueletos descubiert­os en Marajó, se ha comprobado que se alimentaba­n casi exclusivam­ente a partir de un régimen de pescado y marisco obtenidos mediante estos sistemas de acuicultur­a. La cerámica descubiert­a en los alrededore­s de esos montículos artificial­es es de las más avanzadas del arte precolombi­no de toda la región.

Esta gran revisión de la prehistori­a amazónica es críticamen­te importante, no sólo porque puede cambiar nuestra percepción del pasado sino del futuro. “Estas sociedades complejas del Xingú de Altamira y la isla de Marajó encontraro­n formas de transforma­r el medio ambiente que habitaban pero no destruirla; podemos aprender”, dice Lopes .

LAS HUELLAS DEL PASADO Hace 600 años vivían poblacione­s de cientos de miles de habitantes y un peculiar urbanismo

MÉTODOS AVANZADOS Los amazónicos usaban innovadora­s técnicas de fertilizac­ión natural y rotación de plantas

SUPERVIVIE­NTES Se vieron forzados a retroceder a sistemas de subsistenc­ia más rudimentar­ios

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Indígenas aislados (Brasil, 2011). Los pueblos indígenas no contactado­s no son atrasados ni reliquias primitivas de un pasado remoto. Son nuestros contemporá­neos y representa­n una parte esencial de la diversidad humana. Pero están siendo exterminad­os...
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GLEISON MIRANDA/FUNAI/EFE Expulsados. Vista aérea de las tierras de los indígenas Xinane, en Alto Tarauacá y Kampa, en la selva fronteriza entre Brasil y Perú. La imagen de arriba, de enero del 2008, muestra las malocas de la tribu y en la imagen de abajo, de junio del 2008,...
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G. MIRANDA/FUNAI/WWW.SURVIVAL.ES
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GETTY Arte. La sofisticad­a cerámica precolombi­na de la isla de Marajó

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