La cerámica de Miró
Adrian Melis reflexiona sobre la corrupción y su negación en distintos países
La galería Mayoral presenta una muestra de la obra realizada por Joan Miró en colaboración con el ceramista Josep Llorens Artigas y con el hijo de éste, Joan Gardy Artigas.
La actual etapa de la galería Mayoral se caracteriza por un enfoque histórico y una exigencia en la selección de los artistas y de las obras y en la edición de catálogos más propias de un museo que de una galería privada. Si el año pasado presentó una necesaria exposición retrospectiva de Manolo Millares, este año ofrece una selecta muestra de la obra realizada por Joan Miró en colaboración con el ceramista Josep Llorens Artigas y con el hijo de este, Joan Gardy Artigas.
La exposición, que reúne treinta obras, ha contado con la colaboración de la familia Artigas y de Robert Lubar, comisario que ha enfocado con claridad las ideas principales que permiten entender en qué consistió esa extraordinaria colaboración entre Miró y los Artigas a lo largo de más de cuarenta años: sus medios y sus fines, su sentido y su alcance. Y queda claro que fue un trabajo en equipo, una amistosa simbiosis artística de talentos complementarios, orientada a la expresión de la poética personal de Joan Miró, pero respetando y reconociendo el importante papel de los Artigas, responsables de las texturas y calidades materiales de esas extraordinarias cerámicas ya escultóricas.
Lubar destaca la importancia que tuvo para Miró su obra cerámica, que ya en los años cuarenta prefigura la escultura que el artista realizó más tarde con otros materiales, como el bronce. Miró no se limitó a seguir los modelos del pasado y con su cerámica fue mucho más radical y original que cualquier otro artista de su época. Generalmente asociada con la tradición artesana, la cerámica fue, en manos de Miró y gracias a la creatividad y dominio técnico de Josep Llorens Artigas primero y de Joan Gardy Artigas más tarde, un medio de expresión vanguardista, que significaba una alternativa a la tradición pictórica y enlazaba con la poética del objeto que el propio Miró había expresado anteriormente en sus primeros ensamblajes surrealistas.
Entre las piezas más destacables de la exposición se encuentran las primeras obras conjuntas de Miró y Josep Llorens Artigas, como Personnage terre rouge ,de 1945, o dos hipersexuales Femme del mismo año. También la selección de jarros de Artigas sin la intervención de Miró, con calidades entre japonesas y egipcias, así como un poco conocido boceto para un mural no realizado, el personaje cóncavo Project pour un monument (1972) o la escultura Personnage double (1956), que fue rápidamente plagiada –en versión más grande y más cara– por el depredador Picasso, ante la perplejidad de Miró, quien –al verla expuesta– dijo al malagueño: “¡Pero si esto es mío!”. A lo que Picasso respondió, sonriente y falsamente cómplice: “No. Esto es nuestro, es nuestro...”. Galería Mayoral. Consell de Cent, 286. Hasta el 14 de abril.
Adrian Melis. En el contexto del llamado “arte crítico” se han presentado a menudo propuestas excesivamente lastradas por la obviedad o por un buenismo políticamente correcto, pero inútil y en ocasiones incluso demagógico o hipócrita. No es este el caso de la exposición que presenta en ADN Galería el artista cubano Adrian Melis (1985). Memoria selectiva es una necesaria y certera muestra de arte ideológico y crítico con respecto a ese fenómeno global indeseable que es la corrupción económico-política. Melis es ajeno a la demagogia maniqueísta habitual y es igualmente radical frente a los muy diferentes países que centran su atención en esta muestra: Suiza, Cuba, España y la UE.
El vídeo Empty page (20162017) es una parodia de los vídeos de promoción empresarial, que en este caso se aplica a una empresa ficticia cuyo objetivo es blanquear la imagen de Suiza tal como algunos bancos blanquean el dinero procedente de organizaciones criminales. Junto a una retórica maquilladora (funcionamos “como una gran familia”), se proclaman lemas más perversos, por ejemplo “Proteger lo nuestro a cualquier costa” o “Nuestra solución es la nueva verdad” (mientras borran documentos comprometedores). Hay toques de humor, como la promoción de presuntos “quesos tradicionales” suizos con imágenes de lingotes de oro.
La actual corrupción española es el tema del vídeo Omertà (2018), una recopilación de fragmentos de juicios, que solo incluye silencios, ruidos de fondo, carraspeos y ninguna confesión. No faltan personajes como Correa, Bárcenas, Urdangarin y M. Rajoy. Si el lenguaje gestual no engaña, todos parecen culpables.
En otro vídeo, del año 2015, Adrian Melis interroga a su padre, antaño revolucionario, sobre los logros y fracasos del régimen castrista. No obtiene respuesta, pero su expresión indica un fracaso total no reconocido. Otras obras se refieren a los sistemas para sobrevivir en la Cuba actual (desde la cría de gatos siameses hasta el alquiler de habitaciones para la prostitución), y a la situación de los refugiados que huyen de dictaduras y miserias y llaman en vano a las puertas de una Europa economista y no humanista. ADN Galería. Enric Granados, 49. Hasta el 14 de abril.