La Vanguardia

Vettel golpea primero

El alemán logra el triunfo con un golpe táctico del ingeniero Iñaki Rueda aprovechan­do un ‘virtual safety car’

- TONI LÓPEZ JORDÀ

Un golpe de mano en la estrategia de carrera ha aupado al alemán Sebastian Vettel a lo más alto del podio en Gran Premio de Australia, en Albert Park, con el que arranca un Mundial de F-1 que volverá a estar marcado por el pulso entre Ferrari y Mercedes, tal como ya se pudo ver el pasado sábado en la tensa rueda de prensa, donde Vettel y el británico Lewis Hamilton se lanzaron pullas a la cara.

“Lo que va, vuelve”, había amenazado Sebastian Vettel a Lewis Hamilton, tras el chasco que le regaló el inglés con aquel zasca posterior a la calificaci­ón: “Estaba esperando a preparar una buena vuelta para borrarte la sonrisa de la cara”, le había soltado Lewis a bocajarro. Vettel se quedó mudo. Ni 24 horas después, Seb le devolvió la bofetada robándole la sonrisa a su rival de Mercedes con un triunfo pícaro, casi improvisad­o, muy a la italiana. El estreno del Mundial de F-1 en el icónico Albert Park no podía ser más melodramát­ico, digno de un pulso de altura entre los dos tetracampe­ones del mundo.

La carrera inaugural del campeonato se preparaba para una nueva versión del rodillo plateado de Mercedes. Con Hamilton en la pole, y con mejor ritmo que nadie, se intuía paseo de la estrella perseguida por los trotones cavallinos .Y así comenzó a plasmarse el guión previsto: Lewis salvó el acoso rojo y el embudo de la salida y abrió hueco, hasta 8 segundos acumuló sobre Vettel, tercero detrás de Räikkönen, antes de comenzar el baile de los pit-stops, en la vuelta 18 el finlandés y la 19 el inglés.

Pero justo después ocurrió algo inesperado. Lo que se entiende como un golpe de teatro que, en principio parecía inocuo y que se convirtió en clave para el desenlace: el doble abandono de los Haas, que estaban haciendo la carrera de su vida. Primero a Kevin Magnussen se le rompió el motor cuando iba 4.º (vuelta 22), y tres giros después, su compañero Romain Grosjean, que había heredado esa posición, se retiraba por una rueda mal fijada. Su bólido se quedó en una posición peligrosa en la curva 2 y los comisarios decretaron un virtual safety car (VSC), es decir, situación de riesgo durante la cual no se puede adelantar y los coches deben ralentizar. Una especie de neutraliza­ción que algunos aprovechan para cambiar de neumáticos.

Y ahí apareció la figura de Iñaki Rueda. ¿Quién? ¿No fue Vettel?

Primero fue Iñaki Rueda, ingeniero madrileño de 37 años, un genio de la programaci­ón informátic­a y la electrónic­a que se formó en la Universida­d de Colorado, y pasó por McLaren, Midland y Renault antes de ser fichado por Ferrari como responsabl­e de la estrategia de los pilotos y de las proyeccion­es de datos. Es decir: él es el cerebrito humano que toma las decisiones en vivo en el muro de la Scuderia. A él se le ocurrió que Vettel se mantuviese en pista cuando Kimi y Lewis iban al pit-stop, y que saliese durante el VSC.

“No tenía otra opción que tirarles el anzuelo, es lo que hay. Nosotros teníamos dos coches y ellos uno (Bottas estaba lejos, remontando, 13.º), así que tenían que picar el anzuelo”, comentaba Rueda. “Pero también ha habido un poco de suerte, si no te sale el coche de seguridad en esas vueltas no pasa nada”, admitía.

La jugada le salió redonda. Vettel se calzó los neumáticos blandos en la vuelta 26, cuando Hamilton tenía que ralentizar, y salió de callejón de los garajes por delante del inglés. “¿Qué ha pasado chicos? ¿Es culpa mía?”, preguntaba Lewis desesperad­o a su ingeniero de carrera. “Lo siento compañero, lo tenías en el saco; luego hablaremos de eso”, le intentaban consolar. Toto Wolff, el director deportivo de Mercedes, no encontraba respuesta. “Nuestro software de estrategia predijo que Vettel estaría detrás de Lewis después del pit-stop, incluso con VSC”. Pues falló. Acertó el cerebrito de Rueda.

Las 30 vueltas restantes fueron un quiero y no puedo de Hamilton para recuperar la primera posición. “Tenía un gran ritmo, y era capaz de presionar hasta el final, pero es muy difícil adelantar en este circuito”, lamentaba Hamilton, que vio como le robaban la cartera. Y cómo reía el último Vettel.

“Después de las paradas de Kimi y Lewis estaba rezando porque hubiese un safety car. Vi el Haas parado y eso me llenó de adrenalina. Intenté salir del pit-stop lo antes posible y salí por delante de Hamilton... Hoy hemos tenido suerte, pero hay que aprovechar­lo todo”, decía el alemán con la sonrisa de oreja a oreja.

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 ?? JOE CASTRO / EFE ?? Sebastian Vettel, abrazado al ingeniero madrileño Iñaki Rueda y a Kimi Räikkönen, celebra la primera victoria del curso ante un Lewis Hamilton con cara de circunstan­cias
JOE CASTRO / EFE Sebastian Vettel, abrazado al ingeniero madrileño Iñaki Rueda y a Kimi Räikkönen, celebra la primera victoria del curso ante un Lewis Hamilton con cara de circunstan­cias

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