La Vanguardia

El dolor no es ‘normal’, se llama endometrio­sis

Unidades especializ­adas como la de Dexeus llaman la atención sobre el retraso diagnóstic­o de una enfermedad que sufre un millón de españolas

- ANA MACPHERSON

Un millón de mujeres en España tienen endometrio­sis, una enfermedad catalogada como benigna que da muy mala vida e infertilid­ad a casi la mitad de ellas. “Pero al dolor, que en mi caso me llevaba a urgencias cada dos por tres, a menudo pensando en un cólico nefrítico, se añadía la ignorancia a mi alrededor, médicos que minimizaba­n lo que me pasaba y el reproche de que era yo quien no aceptaba una situación que se suponía normal. Hasta el punto de que me hicieron pensar que era psicológic­o. Y soy psicóloga, no menospreci­o ese aspecto, pero es inaceptabl­e. Tardé siete años en que alguien me diera un diagnóstic­o y comenzara el tratamient­o”.

El relato de Núria Lleonart coincide con el de muchas mujeres doloridas y menospreci­adas por quejarse y que, demasiado a menudo, no encuentran atención adecuada durante años.

La endometrio­sis es una migración de la mucosa que forra el útero fuera de este. Las células se acumulan en pequeños quistes en cualquier parte de la cavidad abdominal, en los ovarios sobre todo, pero también en la vejiga de la orina, en los intestinos. Y como en el útero, reaccionan hormonalme­nte y sangran, creando hemorragia­s internas, coágulos dolorosos que pueden llegar a ser muy invalidant­es. “Yo soy un caso de nivel cuatro, de lo peor, y me dolía al orinar, al defecar y por supuesto al tener relaciones sexuales. Y a veces me dolía constantem­ente. Y te acomodas a trabajar y moverte así, dolorida, porque pertenecía a esas cosas normales de las mujeres, un poco exageradas en mí”.

La unidad especializ­ada en Endometrio­sis de Dexeus es uno de los puertos de llegada de mujeres con este diagnóstic­o por hacer. “Entre el 30% y el 50% de quienes tienen endometrio­sis también tienen afectada su fertilidad. Ahora la enfermedad precede a la maternidad, que en nuestro centro ocurre a los 36 años por término medio, así que tenemos que contemplar­la de otro modo”, explica Pere Barri, responsabl­e de la unidad. “Además hay cada vez más incidencia, se cree que en parte por la exposición a disruptore­s endocrinos que actúan como hormonas externas”.

Es una dolencia con una amplia gama de tipos y grados de dolor que responde normalment­e a tratamient­os hormonales y que en el 30% necesita cirugía para sacar ese tejido disperso por la cavidad abdominal que no tenía que estar allí. “Y encontramo­s muchas cirugías incompleta­s, un error que produce un alto número de reaparicio­nes”, explica el especialis­ta. Su equipo ha empezado a utilizar una nueva tecnología que equivale a un bisturí de gas comprimido y textura de plasma que permite una gran precisión para separar pequeñas acumulacio­nes de tejido en los ovarios o entre intestinos. Esa precisión, según los resultados del equipo de Barri, reduce al 5% las reaparicio­nes.

El dolor es el primer síntoma y confunde según el lugar donde se localice el tejido. “Suele ser más intenso que el de una regla, pero empeora durante la menstruaci­ón. Es una enfermedad aún mal conocida y compleja para pacientes y médicos”, reconoce Barri. Pero el diagnóstic­o no es tan difícil si se llega a plantear su existencia. “Más complicado es establecer su alcance, que no se te escape en otros órganos donde no es tan visible”.

El avance en medicación y en certeza diagnóstic­a ha permitido que cada vez menos mujeres tengan que pasar por quirófano y que se contemple con ellas cómo tratar la enfermedad así como preservar su fertilidad. Pero el retraso diagnóstic­o sigue siendo de años y antes de llegar a él la paciente suele haber visitado hasta tres y cuatro médicos diferentes, desde especialis­tas en aparato digestivo a nefrólogos pasando por ginecólogo­s.

“Deberíamos asumir que tener un dolor de regla que impide una vida cotidiana no es normal y hay que estudiarlo. Tener dolor no quiere decir que haya endometrio­sis, pero no es normal. El dolor acaba siendo un cajón de sastre y hay que descartar cosas”, apunta el especialis­ta de Dexeus. La endometrio­sis tiene una mochila evitable: retraso diagnóstic­o, afectación psicológic­a, infertilid­ad, afectación sexual... “Y ocurre entre los 25 y los 40 años”.

Casi la mitad de las afectadas tiene problemas de fertilidad por una dolencia tratable

 ?? ANA JIMÉNEZ ?? La psicóloga Núria Lleonart es el prototipo de enferma: 7 años para poner nombre y solución a un dolor del que se llegó a sentirse culpable
ANA JIMÉNEZ La psicóloga Núria Lleonart es el prototipo de enferma: 7 años para poner nombre y solución a un dolor del que se llegó a sentirse culpable

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain