Cuando era Medina Barsiluna
El reciente hallazgo de una tumba árabe medieval en el Born recuerda que Barcelona fue musulmana durante 83 años
Hubo un tiempo en que esta ciudad estaba resguardada por una imponente muralla, sobre la que ondeaban los estandartes del Islam. El hallazgo de una tumba musulmana en el actual Born nos devuelve ahora la memoria de cuando Barcelona fue árabe y se llamó Medina Barsiluna, una época de la que quedan escasos restos arqueológicos pero noticia escritas en las crónicas medievales.
El sepulcro se encontró a raíz de los trabajos para la nueva red de alcantarillado y recogida neumática de basuras efectuados en la calle Antic de Sant Joan, entre el paseo del Born y la calle de la Ribera. Es una fosa simple, en muy mal estado, excavada directamente sobre la arena natural. Según el Servei d’Arqueologia de Barcelona, no había ajuar ni material que aporte más datos, pero se trata de un adolescente, si bien debido al mal estado de conservación no se puede determinar aún si era un hombre o una mujer. No muestra ninguna patología aparente, y su datación se sitúa entre los siglos VIII y XI.
Los restos fueron retirados para proceder a diversos análisis más detallados, por ejemplo los de carbono 14 que permitirá fecharlos. Pero sí se sabe qué era un musulmán. ¿Cómo? Pues porque los cristianos entierran a sus muertos con la espalda contra el suelo y la cabeza al frente, mientras que en el Islam se hace de lado con la cara hacia la Meca, como ocurría aquí.
El hallazgo nos recuerda que, en una época, Barcelona fue musulmana. Entre el 717 y el 718, las tropas árabes que habían invadido la península Ibérica llegaron a las puertas de la ciudad, que ocuparon sin una gran resistencia de sus habitantes. La islamización, según las fuentes escritas que nos han llegado, no fue excesivamente traumática, como tampoco lo fue la romanización de los pueblos íberos que poblaban el llano. Los árabes, entonces tolerantes, simplemente se hicieron cargo de la urbe, dotándola de una guarnición y poder administrativo, pero respetando, según se cree, a los locales, que mientras pagaran los impuestos y no dieran dolores de cabeza podían continuar con sus vidas.
Esto duró 83 años, pero los restos arqueológicos son escasos. Joan Eusebi García Biosca, arqueólogo experto en esta época, cuenta que fundamentalmente quedan cementerios. Por ejemplo, en el Born, que entonces estaba fuera de la muralla, “en una
De la época islámica quedan escasos restos arqueológicos, sobre todo tumbas fuera de la antigua muralla
duna litoral por la que circulaba una vía importante de acceso a la villa desde la época romana”. Durante las obras de los Juegos Olímpicos afloró una necrópolis musulmana. En esta zona continuaron las inhumaciones incluso en el tiempo carolingio, pues se halló un individuo de religión islámica (de nuevo, por la posición de los restos) que tenía una argolla, y que posiblemente era un esclavo. También se ha encontrado un enterramiento en la plaza de Sant Miquel, detrás del actual Ayuntamiento, donde había una persona. Y en la zona de la calle Sotstinent Navarro han aflorado restos de edificios árabes.
¿Cómo era entonces la ciudad? Es difícil saberlo, porque, cuenta García Biosca, la arqueología de estos años, del siglo VIII al X, es complicada porque debería explorarse el centro de la ciudad. No nos deja más que rastros que pueden ser anecdóticos o no, como la aparición de una moneda árabe en el sitio donde estuvo el baptisterio visigodo. Y también los hallazgos aportan teorías, como que en realidad el Rec Comtal fuera árabe, algo que es aún una hipótesis.
A partir de 718, Barcelona fue musulmana. No era una gran ciudad, pero estaba ubicada en un lugar crucial para los caminos y seguro que tenía una guarnición militar, pues resistió varios envites. En 801 cayó en manos de los francos de Ludovico Pío, y entonces desapareció del mapa aquella urbe para dar lugar a Barcelona. Durante 83 años se llamó Medina Barsiluna.