El futuro del expresident tensa de nuevo las relaciones JxCat y ERC
Los republicanos recelan de más gestos simbólicos y piden una investidura efectiva
La detención de Carles Puigdemont en Alemana ha vuelto a situar al expresident en el centro de la política catalana. Desde la cárcel de Neumünster ha recuperado su calidad de presidenciable. Pero esa aspiración, planteada por Junts per Catalunya, ha hecho aflorar una vez más las estrategias discrepantes entre el grupo parlamentario de Puigdemont y ERC respecto a la formación de Govern y al modo en que afrontan la legislatura y la situación de bloqueo institucional.
El grupo del expresident no quier renunciar a poner sobre la mesa a su líder como respuesta a las últimas decisiones judiciales y como estrategia de defensa –creen que cuantas más veces se le nieguen los derechos políticos más fácil será poner en un aprieto a las autoridades españolas ante los tribunales europeos–. La opción de Puigdemont president cuenta con el apoyo de la CUP pero los republicanos siempre la han recibido con frialdad. En ERC prefieren otro candidato que pueda hacerse cargo cuanto antes del Govern sin limitaciones de carácter judicial, y Puigdemont no cumple estos requisitos. No obstante, públicamente, no lo rechazan.
Junts per Catalunya nunca había renunciado a una investidura de Puigdemont, de ahí sus resistencias a abandonar el escaño y pese “al paso al lado provisional” dado por el propio expresident hace unos días con el objetivo de facilitar la candidatura de Jordi Sànchez primero y Jordi Turull más tarde, ambos en prisión provisional. De ahí que la portavoz de JxCat, Elsa Artadi, sostuviera ayer en TV3 que trabajan para “ver cómo hacemos presidente a Puigdemont, no de forma simbólica, sino de verdad”.
La diputada recordó que la reforma de la ley de Presidència para permitir una investidura a distancia sigue su tramitación en el Parlament. No obstante, mantener viva esa opción no supone la aceptación de su viabilidad. El auto de procesamiento será firme en pocos días y con él una posible suspensión y, en el plano político, ERC es contraria a esa estrategia, por lo que JxCat asume que deberá preservar la débil unidad del independentismo.
El portavoz de los republicanos, Sergi Sabrià, recordó ayer que la prioridad respecto al expresident es que salga en libertad y que el futuro Govern “ha de ser efectivo” para así recuperar el autogobierno lo antes posible. “Hemos de hacer compatible la defensa de los derechos y hacer valer la mayoría independentista con el hecho de disponer de un Govern efectivo”, insistió.
Mientras, Junts per Catalunya,
JxCat reaviva la candidatura del expresident para reunir agravios y acudir a la justicia internacional
ERC y la CUP llevarán al Parlament una iniciativa para restituir su derecho a ser investido. La propuesta se debatirá en el pleno que el presidente del Parlament, Roger Torrent, ha convocado para mañana a las 10 horas. El texto presentado reclama que la Cámara se comprometa a “adoptar todas las medidas necesarias” para que tanto Puigdemont como Turull “puedan ejercer sus derechos políticos en cumplimiento del artículo 25 del pacto internacional de los derechos civiles y políticos”, incluyendo “el derecho a someter a debate y votación plenaria su candidatura a ser investido presidente de la Generalitat”. Una iniciativa que no tiene efectos más allá de la declaración política.
También se votará una iniciativa del PSC en la que instan a recuperar el diálogo político, buscar amplios consensos y rechazar cualquier vía unilateral siguiendo los “valores constitucionales”, y otra de Catalunya en Comú Podem que denuncia la “actitud irresponsable” del Gobierno de Rajoy y la situación de “prisión provisional injustificada” que sufren varios diputados.
La reforma de la ley de Presidència, en cambio, no será debatida en el pleno de mañana. El PSC pidió ayer un dictamen al Consell de Garanties Estatutàries.