Sufría malos tratos, pero ha reencauzado su vida y su ex está ahora en la cárcel
los sábados y pernoctaciones en la casa materna los fines de semana. Y, por último, devolviéndole la tutela a la madre.
Eso fue lo que pasó con los dos hermanos que no se separaron y que regresaron definitivamente al domicilio familiar en julio del 2016. Todos los seguimientos desde entonces son positivos. Los niños mantienen vínculos afectivos con sus parientes de acogida, con quienes celebran aniversarios y comparten vacaciones, como propicia su propia madre, que considera a estas personas los “padrinos de sus hijos” y una extensión de su propia familia.
Pero la transición de un hogar a otro no ha sido tan fácil en el caso