Cambios estructurales
Ala chita callando, el cambio técnico nos está transformando, aunque los efectos de esta cuarta revolución industrial son, hoy por hoy, poco visibles. Pero ello no significa que no estén ya modificando el paisaje del mercado de trabajo. Uno de los ámbitos en los que esa evolución es más evidente es en el de las compras online, en particular en los países anglosajones. Por ejemplo, la conocida empresa de distribución de juguetes norteamericana Toys’R’us ha decidido cerrar totalmente sus operaciones, destruyendo de golpe más de 30.000 puestos de trabajo. Un proceso que se suma a la crisis que vienen arrastrando los centros comerciales en los EE.UU. y Gran Bretaña (los llamados malls), los que más directamente han sufrido el impacto de los cambios en los hábitos de compra generados por Internet.
Aunque en España los ejemplos no son tan nítidos, algunas cifras sí reflejan que algo substancial se está moviendo en torno al importante sector comercial. Situemos los términos de la cuestión. Primero, el empleo en esta rama se ha movido, en media de los últimos treinta años, en el entorno del 15,5% del total. Se trata, por tanto, de un sector extraordinariamente importante para nuestro mercado de trabajo. Segundo, su vinculación con necesidades básicas de los hogares explica que sus retrocesos en las crisis hayan sido menores que para el conjunto de la economía. En las de
En esta recuperación el comercio ha perdido su tradicional capacidad de arrastre del empleo
1992-95 y 2008-13, su peso en la ocupación aumentó, un reflejo de esa mayor resistencia, de forma que en el 2013 aportaba un 16,6% de todos los puestos de trabajo.
Tercero, y este es el aspecto más substantivo, en 2013-17 su crecimiento ha sido inferior al 6%, lejos del 11% agregado: de los 1,9 millones de nuevos empleos generados en España en la recuperación, el comercio apenas ha aportado un 9% (unos 170.000). El negativo de ese menor aumento son los avances, mucho más elevados, del terciario vinculado al e-commerce: los transportes y los servicios a las empresas han crecido, entre el 2013 y el 2017, en el entorno del 14%, más del doble que el empleo del comercio tradicional.
¿Cambio estructural? Todo apunta que, en efecto, estamos en una nueva fase, aunque probablemente no todo sea provocado por la irrupción de Internet. Tras esa dinámica, subyacen otros aspectos relevantes: desigualdad e incertidumbre creciente y hundimiento demográfico y cambios en los hábitos de consumo de las generaciones de jóvenes consumidores.
En resumen, en esta recuperación el comercio ha perdido su tradicional capacidad de arrastre del empleo. ¿Una nueva era de la ocupación terciaria? Aunque el empuje de la hostelería esté mitigando los cambios operados en el comercio, algo hay de eso. Y aunque cualquier tiempo pasado no fue siempre mejor, tampoco es evidente que el que se está alumbrando vaya a serlo. Por ello, atentos a las transformaciones del trabajo en el ámbito comercial: si se consolidan las tendencias actuales, estamos en presencia de una verdadera revolución en el mercado de trabajo.