Miralda viste el 175.o aniversario de Santa Eulalia
Miralda diseña para Santa Eulalia una acción artística para celebrar la larga trayectoria de la tienda de moda
Solemnemente, entrada ya la noche, la fachada del 93 del paseo de Gràcia, la de la tienda Santa Eulalia, se vistió ayer con un magnífico traje de luces. El que el artista multidisciplinar Antoni Miralda imaginó para la “santa mártir” para celebrar los 175 años de la icónica y en sus palabras también “santa” casa de moda barcelonesa. Pero este sorprendente espectáculo lumínico levantado con 50 patrones y más de 20.000 leds no fue más que la guinda de la acción artística que comenzó tres horas antes en el Pla de la Boqueria.
Puesto que la idea de la performance (titulada Santa Eulalia. 175, tendrá su propia pieza de videoarte por la que ya se ha interesado el Macba) era revisitar el recorrido que la tienda ha hecho por la ciudad a lo largo de este tiempo, todo comenzó a unos pasos de donde en 1843 se abrieron por primera vez las puertas de la empresa que a día de hoy es un referente del lujo. Allí se reunió una inusual comitiva, la de los Patrones, formada por 80 músicos y 150 estudiantes de teatro, danza y diseño. Todos ataviados con mantos de blanco impoluto.
La particular rúa (atemorizados por la lluvia que al final no arruinó el espectáculo, todos se repetían que Santa Eulalia sólo derrama lágrimas por la Mercè desde que esta la desplazó como patrona de Barcelona) trasladó desde el corazón de la ciudad hasta lo alto del paseo del lujo 100 imponentes patrones figurativos de otros tantos vestidos icónicos. Ampliados y adaptados en versión libre y abstracta, los trajes de gala, de alta costura y los patrones pensados para la venta online se codearon al ritmo de la pieza creada especialmente para la fiesta por Nil Mujal por la historia y las calles que explican la evolución de la empresa. Así, pasando de los compases del tamborín y el flautín a la música electrónica más salvaje, la ceremonial (y festiva) comitiva llegó a los jardines de Palau Robert donde esperaba el rapero Zinkman para tomar el relevo como maestro de ceremonias.
Fue él quien narró, en versión funky, los Goigs a Santa Eulàlia sobre sus 13 martirios y su milagro. Y quien dio pistas sobre ese vestido lumínico con que Miralda reinterpreta la cruz en aspa y la falda de nieve con que la santa que da nombre a la tienda aparece en el retablo Crucifixion de Santa Eulàlia de Bernat Martorell (obra del siglo XV, Museo Episcopal de Vic). Un vestido-espectáculo que se repetirá todas las noches hasta Sant Jordi, (“hasta que los dos santos se conozcan”, dice Miralda), para alargar la celebración del 175 aniversario.
“Hemos sido cómplices de una acción artística irrepetible”, resumía Luis Sans, propietario de Santa Eulalia, feliz porque que “unir arte y moda en una gran fiesta nos permite devolverle a la ciudad lo que ella nos ha dado”. ¿Y por qué Miralda? Pues porque Luis Sans buscó “un colaborador de excepción para una celebración igualmente excepcional”. Él el artista, absorto por la luz de su propia obra, también hizo su resumen: “Hemos hecho una ‘santa’ revisión histórica. Y muy poética ”.
Todas las noches, desde hoy y hasta Sant Jordi, la fachada de la tienda reeditará el espectáculo con más de 20.000 leds