Un hombre riguroso
NARCÍS OLIVERES TERRADES (1930-2018) Exsenador por CiU, exconseller de Comerç, Consum i Turisme
En 1982, en plena campaña electoral para el Senado, Narcís Oliveres sorprendió a más de uno al asegurar que se había aprendido todo el reglamento del funcionamiento de la Cámara Alta sin saber aún si sería elegido senador. “Diría que nadie más lo ha vuelto a hacer”, explica el periodista de Figueres Josep Maria Bernils, que durante unos años fue el jefe de prensa, chófer y confidente de Oliveres, senador de CiU durante las legislaturas de 1982, 1986 y 1989; conseller de Comerç, Consum i Turisme entre 1985 y 1986, y últimamente hombre clave en el giro de CDC hacia la independencia.
La anécdota que recuerda Bernils ejemplifica a la perfección una de las características que mejor definían al figuerense Narcís Oliveres y que destacan todos los que le trataron: su enorme rigurosidad. “Le repelía la falta de rigor”, afirma el diputado en el Congreso del PDECat Jordi Xuclà, que se convirtió en uno de los principales avaladores de la entrada de Oliveres en Convergència Democràtica de Catalunya, ahora Partit Demòcrata (PDECat), formación en la que Oliveres ha militado en los últimos 22 años.
La alcaldesa de Figueres, Marta Felip, destaca su carácter afable y “su pasión por el país”, recordando que hasta el final asistió a todas las asambleas del partido “siempre en primera fila”. Su dilatada trayectoria y compromiso político fueron reconocidas por el partido en un emotivo acto el pasado 17 de diciembre en Garrigàs.
De familia profundamente catalanista y comprometida en la lucha por la recuperación del autogobierno (era descendiente del republicano Abdó Terrades), el primer compromiso político de Narcís Oliveres fue con Josep Pallach, el líder político de Figueres que participó activamente en la constitución del Reagrupament Socialista i Democràtic a finales del franquismo. Su muerte le dejó huérfano de militancia hasta que en 1982 la entonces presidenta del Comité de Gobierno de Unió, la figuerense Concepció Ferrer, le propuso ser senador por Unió en una candidatura unitaria con Ramon Sala, de CDC, y Josep Rahola, de ERC. Oliveres estuvo en el Senado durante tres legislaturas, entre los años 1982 y 1993.
Tras ese periodo fue relegado en las listas y se distanció de la política. Fue entonces cuando se doctoró en Derecho e inicio una nueva etapa como profesor universitario en la Universitat de Girona, donde impartió Derecho Público de Catalunya entre 1994 y 1997. Fue allí donde coincidió con un joven Jordi Xuclà que, juntamente con el secretario general de CDC, Pere Esteve, le alentaron para que se incorporara al partido.
En los últimos años, Oliveres había abrazado las tesis independentistas. La coordinadora general del Partit Demòcrata, Marta Pascal, destacaba hace unos días su papel clave en el Congreso de CDC del 2012 celebrado en Reus “para el giro en la ponencia hacia el objetivo de la independencia”. “Creó el clima para que el partido cambiara el rumbo hacia un Estado propio”, agrega Xuclà.
De memoria prodigiosa a pesar de sus 88 años, participaba en todas las conferencias de Figueres a las que era invitado e incluso en sesiones para actualizar la Viquipèdia organizadas por la biblioteca Fages de Climent. Casado y padre de dos hijos, Oliveres atesoraba la colección del semanario republicano Empordà Federal, que se publicó con interrupciones entre los años 1911 y 1938 y que la biblioteca había empezado a digitalizar. Colaborador del diario El Punt Avui, el pasado lunes publicaba el que sin saberlo sería su último artículo de opinión. Un desafortunado accidente doméstico acabó con su vida el 3 de abril. Hoy a las 10h se le dará el último adiós en la parroquia de Sant Pere de Figueres.