“Me gustaría ser parte del público”
Tres intérpretes que participan en el festival Emergents valoran las ventajas de la propuesta multiestilística en L’Auditori
Helena Satué es la violinista del Cosmos Quartet y participa por primera vez en un festival tan amplio en cuanto a géneros musicales como este Emergents que tiene lugar en L’Auditori hasta el 11 de abril. El cuarteto de cuerda ya ha actuado en otros festivales alrededor de Europa, pero todos ellos eran específicamente de música de cambra o cuartetos. Es por esto que Satué valora que, en el contexto de un festival multiestilístico, donde los jóvenes músicos de jazz o flamenco están invitados a escuchar clásica y viceversa, se dedique un día a una maratón de cuartetos, como sucedió el jueves con la integral de Brahms, interpretando su propio grupo el Cuarteto para cuerdas número 3. “En esta maratón me gustaría ser parte del público, incluso en el que yo misma toco”, apunta asegurando que se quedará a escuchar la actuación del Calidore String Quartet, que la sucede.
Los tres cuartetos que actuaron lo hicieron para un público más joven de lo habitual. Eso lo ha conseguido la propuesta de L’Auditori. La violinista catalana lo achaca a la imagen de este Emergents, que quiere arrastrar la clásica a los jóvenes. Y también a que “los precios y las propuestas son atractivos para un público novicio”.
El Emergents Barcelona Music Festival surgió el año pasado para que los estudiantes de música pudieran debutar profesionalmente. Esta edición incluye artistas nacionales e internacionales de todas las edades que interpretan clásica, jazz, flamenco y música antigua y barroca.
Ona Cardona, clarinetista con una galardonada y exitosa carrera como solista, toca esta tarde (19 h) el Concierto en La mayor de Mozart con la OBC. A estas alturas de su carrera, se pregunta qué es emerger. “Yo ya he emergido”, dice, por lo que deduce que se trata de dar oportunidades a los talentos, sean nuevos o veteranos. “La juventud es una actitud de curiosidad, de estar constantemente haciéndote preguntas y manteniéndote fresco. Siempre estoy poniéndome nuevos retos”. Y de hecho, aunque ya ha tocado esta obra otras veces, el concierto de hoy tiene un aliciente, y es que usará su clarinete di basseto, una extensión de su instrumento tradicional para el que solo Mozart compuso. “He tenido que desaprender lo que ya sabía, pues la partitura cambia. Pero estoy encantada porque la sonoridad de muchos arpegios ahora cobra sentido”.
También la canadiense Estelle Choi, violoncelista del cuarteto neoyorquino Calidore, que dice estar muy honrada de poder tocar en Europa, la cuna de la clásica, coincide en que el ambiente de festival diverge del de los conciertos tradicionales. “Aquí los artistas pueden establecer vínculos entre ellos, conocer la manera de tocar y ensayar de otras personas del gremio y, por qué no, puede servir como plataforma extra para crear nuevas oportunidades”.
Sobre los estereotipos entre lo que debe ser la clásica europea y
“Aquí podemos crear vínculos entre los artistas, conocer otra forma de tocar de gente del gremio”
americana, la cellista canadiense asegura que ellos, como cuarteto, siempre han intentado romper barreras y no entrar en la categorización. “Cerrar la mente a una manera de tocar no tiene sentido; contra más música se escuche, mejor”.
Helena Satué apunta sobre esta cuestión que ambas escuelas se separaron hace años y obtuvieron una manera de tocar característica. “El sonido estadounidense es más fuerte, más directo; el europeo es más íntimo y tradicional. Puede que sea porque en Europa aún se sigue teniendo en cuenta la herencia y las fuentes a la hora de estudiar. Pero lo importante es obtener una voz propia, ese sonido que es tuyo y solo tuyo”. Y con más razón ahora que estan aflorando muchos cuartetos y que Catalunya, desde Casals, se considera tierra de cuartetos.