Dos caras
Händel y Vivaldi / Cererols
Intérpretes: Ensemble Matheus y Cor de Cambra del Palau de la Música
Dirección: J-Ch. Spinosi
Lugar y fecha: Palau de la Música (3/IV)
Intérpretes: Jove Capella Reial de Catalunya + solistas de la Capella Reial + Conjunt instrumental Director: Jordi Savall
Lugar y fecha: L’Auditori (4/IV)
Hace años la primavera de Barcelona, además de su luz propia tan particular, brillaba especialmente con el Festival de Música Antiga de La Caixa, uno de los eventos europeos de la especialidad que la crisis desalojó. Gracias a él una fuerte tradición por aquellas músicas arraigó en un público especializado y distinto al que estamos habituados en otros ciclos, que sigue acudiendo a convocatorias que llevan adelante tanto el Palau como L’Auditori. Para esta ocasión hemos seleccionado dos conciertos de los día 3 y 4, el primero dirigido por J-Ch. Spinosi y el del 4 por Jordi Savall. Es decir, la nueva generación que asume estos repertorios y la de los grandes maestros que llevaron el género a la culminación. Y precisamente de este intercambio generacional se ha ocupado Jordi Savall presentando dos obras de Joan Cererols (Martorell, 1618 - Montserrat, 1680), con músicos jóvenes de alto nivel que su Acadèmia ha orientado en estos años y compartiendo atriles con maestros consagrados en la especialidad. Todo un ejemplo de trabajo que mira al futuro del que tan necesitados estamos. Por el perfil da la sensación de que la Esmuc tiene que ver en el proyecto. Así es que pudimos disfrutar de la Missa de difunts y de una Missa de batalla, música notable de este gran maestro catalán de quien se celebra ahora el cuarto centenario. Una buena disposición de los dos coros, intermediados por el coro masculino que llevaba adelante los pasajes de canto llano, y del grupo instrumental, hizo, junto a la belleza de la partitura, que la versión se hiciese con el espacio, metiéndonos a todos en una especie de comunión. Magnífico trabajo de los solistas vocales Kristin Mulders, David Sagastume y Josep-Ramon Olivé, formidable trabajo de coros preparados por Lluís Vilamajó y un grupo instrumental que sumó violas a vientos. La Missa batalla sonó incisiva y sutil, sugiriendo su carácter más que imponiéndolo, y con momentos vocales relevantes como el Agnus Dei.
Todo lo contrario hemos de decir del concierto que dirigió Spinosi con su Ensemble Matheus y el Cor de Cambra del Palau. No quiero ser incisivo pero el nivel fue alarmante, opaco y sin relieve en obras tan distintas además como el Dixit Dominus HWV 232 de Händel y el Gloria en Re mayor RV 589 de Vivaldi. No entiendo por qué se invita a directores tan mediocres que –o no disponen de tiempo– o no trabajan con el coro, que necesita mucho para estos repertorios, sobre todo en el Händel, desvirtuando articulación, afinación femenina al comienzo, nitidez en los fugatos, intensidad y cuerpo en la expresión (mejor en Vivaldi), y con unos solistas sin interés acompañados por una cuerda alta muy escasa y poco flexible.
Magnífico trabajo de solistas y coro en los Cererols que presentó Savall, pero el nivel de Spinosi fue alarmante