Sobredosis de adrenalina
Barça y Madrid se enfrentan a la perspectiva de jugar tres clásicos en 12 días
Los cálculos no admiten objeciones: si el Barcelona acumula tantos puntos como su perseguidor, el Atlético, en las próximas cinco jornadas, se proclamará vencedor de la Liga en el clásico del 6 de mayo en el Camp Nou. Pero este año el enfrentamiento entre dos de las máximas potencias futbolísticas no sólo puede decidir el campeonato, sino también la hegemonía europea en un final de curso trepidante. Prácticamente clasificados para las semifinales de la Champions, Barça y Madrid tendrán un 33% de probabilidades de enfrentarse en esta ronda del torneo continental. En caso contrario, buscarán un billete para la final del 26 de mayo en Kiev.
El 13 de abril el centro del mundo no estará donde lo ubicó Dalí, en la estación del ferrocarril de Perpiñán, sino en la sede de la UEFA en Nyon. Allí se celebrará el sorteo de las semifinales de la Liga de Campeones. El Real Madrid, vencedor en las últimas dos ediciones, se juega el prestigio y el trabajo de toda la temporada en su competición fetiche. Todo a una carta. En el caso del Barça, un triunfo blanco matizaría mediáticamente mucho, quizá de manera excesiva, los éxitos de una campaña en la que tiene a tocar la Liga y la Copa. El clásico, una de las mayores rivalidades del mundo del deporte, puede tener la llave, establecer la diferencia entre el éxtasis y la resignación.
“Ahora estamos en ese momento en que queremos recoger los frutos de lo que hemos hecho toda la temporada. Nos queda lo mejor, lo más difícil, lo más bonito”, explica Ernesto Valverde. El debut del técnico extremeño en el banquillo blaugrana fue decepcionante: dos derrotas contra el Real Madrid. “El comienzo no fue sencillo porque perdimos dos partidos y un trofeo”, rememoró ayer. El Barça vio el infierno de cerca y se esforzó en alzar el vuelo. Desde entonces no ha vuelto a perder: 47 partidos. El conjunto de Zidane, por su parte, sobrepasó los niveles de confianza recomendados, lo que le llevó a acumular desgracias –incluido el rotundo 0-3 del 23 de diciembre en el clásico del Bernabeu– hasta despedirse prematuramente del campeonato.
Dos trayectorias divergentes que pueden acoplarse en el instante concluyente, cuando todo es tan irreversible como la muerte, cuando un simple error puede hacer la diferencia. En el hipotético caso de que del bombo de Nyon surja la bomba, la eliminatoria entre Barça y Madrid se disputaría los días 24 o 25 de abril y 1 o 2 de mayo, inmediatamente antes de la visita del equipo de Zidane al Camp Nou en la 35.ª jornada de Liga el 6 de mayo. Tres clásicos en un intervalo de 12 o 13 días con los laureles de la temporada en juego, una sobredosis de adrenalina difícil de asimilar para las emociones de los seguidores, una fiesta del fútbol incomparable para los equidistantes.
Los dos colosos se han desafiado previamente en cuatro ocasiones en la máxima competición continental. El Madrid se impuso en las semifinales de las temporadas 1959-60 y 2001-2002 y terminó alzándose con el trofeo. El Barcelona, por su parte, superó al histórico adversario en los octavos de la 1960-61, pero cayó en la final de Berna, y las semifinales de la 201011, cuando ganó la final en Wembley contra el Manchester United (3-1). Fue, esta última, una eliminatoria de altísima tensión, alimentada por las provocaciones de José Mourinho y la réplica de Pep Guardiola la víspera del partido de ida en el Bernabeu: “En esta sala Jose es el puto amo...”. Si el bombo declina unir las trayectorias de Barça y Madrid en las semifinales, ambos buscarán una cita en la final en un partido inédito. Nunca un clásico ha decidido al campeón de Europa.
LA CHAMPIONS
Los dos colosos, casi clasificados, tendrán un 33% de posibilidades de cruzarse en una semifinal
LA LIGA
Cuatro o cinco días después de la eliminatoria, el clásico del Camp Nou podría ser decisivo para el campeonato