La Vanguardia

El laberinto de Mattarella

El presidente de la República afronta la semana clave de las consultas para formar el próximo gobierno italiano

- ANNA BUJ Roma. Correspons­al

Uno tras otro, los diferentes líderes políticos italianos fueron desfilando la semana pasada por las escaleras del palacio del Quirinal. Primero llegaron los nuevos presidente­s de las Cámaras, Roberto Fico y Elisabetta Casellati. Luego, los líderes de los grupos minoritari­os. Y finalmente, el jueves las subieron el regente del Partido Demócrata (PD), Maurizio Martina; el ex primer ministro Silvio Berlusconi (Forza Italia); el liguista Matteo Salvini y el ganador de las elecciones, Luigi Di Maio, del Movimiento 5 Estrellas (M5E).

Todos comunicaro­n al presidente de la República, Sergio Mattarella, lo que ya han ido repitiendo. Que el PD sólo está dispuesto a la oposición, como ha mandado su hasta ahora comandante, Matteo Renzi. Que Berlusconi quiere que el centrodere­cha gobierne pero sin depender de fuerzas populistas, como si él no hubiese inventado este concepto en Europa. Que Salvini concede no ser primer ministro para poder gobernar junto a los grillini –y de paso asegurarse dos carteras clave, Economía e Interior, para frenar la inmigració­n–. Y que Di Maio pide paso siempre y cuando él sea el premier.

El resultado ha sido, como se esperaba, el fracaso. Después de convocarlo­s durante dos días para sondear si había las condicione­s para que un candidato tuviese el respaldo del Parlamento, el presidente constató el primer fiasco. “Permitiré unos días de reflexión”, dijo Mattarella antes de anunciar que esta semana abrirá un segundo ciclo para verificar “si ha madurado alguna posibilida­d que todavía no existe”.

El joven siciliano Sergio Mattarella vivió uno de los momentos claves de su vida cuando tuvo que sacar de un coche el cuerpo ensangrent­ado de su hermano, el gobernador democristi­ano Piersanti Mattarella, que había recibido ocho balazos de la Cosa Nostra en la mañana de Reyes de 1980. Fue a raíz de este suceso que decidió entrar en política para combatir a la mafia. “La muerte de Piersanti fue un antes y un después para Mattarella”, contó a La Vanguardia un amigo del presidente. Entonces inició una brillante carrera política que culminó como juez en el Constituci­onal. Ahora se enfrenta a otro momento crucial: desembroll­ar el laberinto del próximo gobierno italiano.

Es esta semana cuando en teoría Mattarella debería poder encargar a alguien lo que en la jerga política de este país llaman el “mandato explorativ­o”, es decir, dar las riendas a un candidato para que intente conseguir unos apoyos que puede no tener. Las fechas no están marcadas. Mattarella no tiene prisa, y hasta podría llamar a una tercera ronda de consultas. Lo que quiere impedir a toda costa son nuevos comicios para evitar evidenciar el fracaso institucio­nal. Así lo indican fuentes del Quirinal.

La primera ronda de consultas ha dejado varias claves. La primera, que tras acudir por separado, la Liga, Forza Italia y Hermanos de Italia se presentará­n ahora como un solo bloque derechista ante el jefe del Estado. De esta forma, los italianos no tendrían que revivir el bochornoso espectácul­o que supuso el cara a cara de la máxima autoridad de la República con Berlusconi, inhabilita­do por fraude fiscal. Il Cavaliere es el único escollo al gobierno más posible a día de hoy: un entendimie­nto antisistem­a entre el M5E y la Liga. Los grillini no quieren tener nada que ver con la vieja guardia de Forza Italia, y esto pone al liguista en apuros. “Salvini debe decidir si quiere dejar caer a Berlusconi y comenzar a cambiar Italia o quedarse junto a él y no cambiar nada”, declaró Di Maio. Su electorado lo tiene claro. El 35% de los italianos quieren un acuerdo de los populistas.

Otra conclusión del desembarqu­e en el Quirinal es que, pese a que los grillini se han pasado años criticando que los partidos tradiciona­les sólo buscan asegurarse cargos, ellos no parecen ser muy diferentes. “Si otros ocupan sus poltronas, están usurpando un bien público. Si lo hacen ellos, están asaltando el santuario del poder decrépito”, criticaba el Corriere della Sera. Para asegurarse su puesto –Di Maio es el candidato más posible a recibir este “mandato explorator­io”, y se cierra a apoyar otros nombres– el joven antisistem­a sigue abriendo los brazos al PD. Quizás con el objetivo oculto de que, cuando le toque justificar un pacto con la Liga, pueda alegar que no le quedaba otra opción.

Di Maio fuerza a Salvini a escoger entre su fidelidad a Berlusconi o un pacto de gobierno antisistem­a

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ALBERTO PIZZOLI / AFP El presidente italiano, Sergio Mattarella, se presentó el jueves ante los periodista­s para comunicar que no había habido progresos

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