Sànchez acepta volver a ser el candidato a presidir la Generalitat
ERC apela a la negociación e impulsa una nueva estrategia
No hace ni tres semanas que Jordi Sànchez había anunciado su voluntad de renunciar al acta de diputado y volver a la docencia, con la esperanza de que este gesto le ayudara a salir de la cárcel. Pero en un nuevo giro del guion independentista, el número dos de Junts per Catalunya vuelve a optar a la presidencia de la Generalitat. Sànchez aceptó ayer su candidatura, formalizada el sábado por el presidente del Parlament, y lo hizo con una apelación al diálogo, en la línea iniciada por el propio Carles Puigdemont desde Berlín. “En plenitud de mis derechos políticos –escribió el expresidente de la ANC en Twitter–, acepto la responsabilidad. Sin violencia, sin ninguna renuncia, es la hora de poder hablar de todo. Libertad”.
La opción de la investidura de Jordi Sànchez ya estuvo sobre la mesa hace un mes, pero se vio frustrada. El juez del Tribunal Supremo Pablo Llarena, que instruye la causa contra el independentismo y le mantiene en situación de prisión preventiva, comunicada y sin fianza desde el 16 de octubre, rechazó su petición de puesta en libertad en un auto del 9 de marzo, en el que considera que los planes de ruptura que él apoyó siguen vigentes y por tanto no ha desaparecido el riesgo de reiteración delictiva. Pablo Llarena se negó a liberarle y también rechazó la solicitud que el abogado de Sànchez presentó subsidiariamente para que le permitiera salir de forma temporal de la cárcel con objeto de someterse al debate de investidura.
Ahora Puigdemont ha vuelto a proponer la opción de Sànchez,
EL MENSAJE DE SÀNCHEZ “Sin violencia, sin ninguna renuncia, es la hora de poder hablar de todo”
OBJETIVO DIÁLOGO
ERC pide al PP que “saque la política del Supremo” y se siente a negociar
después del espaldarazo que ha supuesto que el Comité de Derechos Humanos de la ONU reconociera sus derechos políticos en la admisión de su queja. Hay dudas sobre el carácter vinculante de esta petición que el comité formuló, como apuntó el ministro de Exteriores, Alfonso Dastis. Y no está claro que los grupos independentistas tengan los votos para su investidura. Sin embargo, el primer obstáculo será previsiblemente la negativa del juez Llarena.
En su auto del 9 de marzo, en el que denegaba a Sànchez tanto la libertad provisional como el permiso de excarcelación para asistir al pleno, el magistrado del Supremo señalaba que si bien cualquier ciudadano tiene derecho a “optar a una investidura democrática y representativa”, esta facultad “no desactiva la obligación judicial de velar por que (...) no se ponga en riesgo facultades de mayor relevancia y más necesitadas de protección”. El juez establecía diferencias respecto al precedente del preso preventivo Juan Carlos Yoldi, etarra y diputado de HB al que se concedió el permiso para asistir al pleno de investidura del lehendakari José Antonio Ardanza. Según Llarena, en el caso de Yoldi, “el permiso sólo podía afectar a un eventual riesgo de fuga” y no a una reiteración delictiva.
En cuanto al segundo obstáculo, el de conseguir el número de votos necesario para salir investido y ante la anunciada abstención de la CUP, ERC y JxCat necesitan la delegación del voto de los diputados Toni Comín, que sigue en Bruselas, y de Carles Puigdemont, ahora en Berlín, o que ambos renuncien a sus escaños, ya que sin estos dos votos no tienen la mayoría suficiente para investir a Sànchez, como ya se pudo comprobar en la primera vuelta de la investidura de Jordi Turull. La delegación del voto de Puigdemont se aceptó en el último pleno del Parlament, aunque entonces estaba preso. Y en cuanto a Comín, la portavoz de ERC, Marta Vilalta, aseguró el sábado que trabajan en la delegación de su voto, aunque no descartó que acabe renunciando a su escaño.
En este contexto, el adjunto a la presidencia de ERC, Pere Aragonès, insistió ayer en el llamamiento al diálogo de Puigdemont y emplazó al PP a “sacar la política del Supremo” para ponerse a negociar. En un acto de las Juventudes de Esquerra en Vilafranca, Aragonès anunció que su formación celebrará próximamente una conferencia nacional para impulsar una “nueva estrategia compartida” del soberanismo que pase para acumular fuerzas, internacionalizar el proceso, ocupar “todos los espacios” y convertir la causa republicana en una lucha por los derechos “civiles y políticos”.