Garcés: “La crisis permanente es una forma de gobierno”
da uno de nosotros está en condiciones de tocar y de impugnar el orden del mundo.
¿Quiénes son o somos ese nosotros? Es un nosotros sin nombre, pero hecho de todos nuestros nombres; por tanto, no es un nosotros sin nombre abstracto, sino un nosotros sin nombre concreto, hecho de la multiplicidad, del sentido y de las vidas cuando se encuentran de verdad, sin necesidad de subordinar a ningún sentido de lo colectivo, monopolizable, por un sistema político, unas identidades culturales, de género o del tipo que sean.
¿Qué es para usted la república?
La república no es sólo la antimonarquía, sino la construcción de espacios políticos no despóticos.
Cita a Agamben y su teoría del estado de excepción permanente.
La excepcionalidad permanente es una forma de gobierno. La normalización de la crisis para gobernar la crisis que es este estado de excepción permanente es la mejor manera de reapropiarse de las soberanías por parte de quien puede hacer de la crisis su monopolio.
¿No hay espacio para la autocrítica? Una manera de mantener una crisis como crisis, atada y neutralizada en todo aquello que podría abrir, es convertirla en una situación represiva, que sitúa cualquier respuesta sólo en el terreno de la antirrepresión, teniendo que dedicarle todo su tiempo, dinero, miedos y relaciones. Lo que nos debería preocupar no son las derivas de supuesta radicalización, sino que se está construyendo un concepto de violencia que incluye la no violencia, cualquier tipo de acción colectiva que plantee cualquier tipo de crítica al orden establecido, en la palabra, la reunión o la acción. Es muy preocupante, porque resignifica el espacio de lo político a un nivel que no nos podíamos imaginar.