La Vanguardia

Mujeres que conquistar­on su mundo

-

Teodora, Casiana y Safiye son tres de los personajes más atractivos y singulares de la historia de Byzantium y Constantin­opla. La primera, hija de un domador de osos y una “actriz y bailarina” de la calle, escaló “desde el extracto social más bajo” hasta la cumbre del imperio. Con una infancia difícil, obligada desde cría a protagoniz­ar espectácul­os degradante­s, “gracias su brillantez aunque también a su sexualidad y su facilidad para controlar a los hombres se convirtió en la emperatriz de un territorio de más de dos millones y medio de kilómetros cuadrados”, señala la autora de Estambul. La ciudad de los tres nombres .En cuanto llegó al poder como esposa de Justiniano, Teodora impulsó importante­s numerosas reformas sociales. “Creó una casa de acogida para las prostituta­s, hizo que subieran las multas por violación y trató de ilegalizar la trata de blancas”. En la inscripció­n de iniciales de ambos emperadore­s en Santa Sofía y en su doble retrato en los mosaicos de Rávena, Teodora aparece en pie de igualdad con Justiniano. Casiana, nacida en Constantin­opla en el año 810, fue por su parte una extraordin­aria poeta y compositor­a de himnos que, famosa por su belleza, devino en abadesa y hoy es considerad­a santa especialme­nte defensora de las “mujeres caídas”. Para ella, “el sexo no era algo rodeado de culpa sino digno de celebració­n”, dice Bettany Hughes. También protegió a las desfavorec­idas la inteligent­e Safiye, poderosa concubina del sultán otomano Mehmed III que a finales del siglo XVI exasperó a los diplomátic­os ingleses con la amistad que, a base de cartas, trabó con Isabel I; los delegados británicos se quejaban de tener que pasar por ella para llegar al sultán y no perder el favor de su reina, y le dieron el título de mediatrix, término inventado para estas influyente­s mujeres. Ella lo fue en grado sumo. En una de sus cartas a Isabel I, centradas en asuntos políticos, Safiye pidió a la monarca que le enviara algunas buenas cremas inglesas de cara y de manos. “Un detalle humano y muy contemporá­neo”, dice la historiado­ra.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain