Goolaerts tiñe de luto la bicicleta
La París-Roubaix se tiñó ayer de luto cuando el joven ciclista belga Michael Goolaerts falleció anoche a los 23 años tras sufrir una caída durante la carrera a causa de una parada cardíaca. El equipo donde militaba el corredor, el Vérendas Willems-Crelan, fue el que confirmó la desgraciada noticia casi sobre la medianoche. “Con una inimaginable tristeza les tenemos que anunciar que nuestro corredor y nuestro amigo Michael Goolaerts ha fallecido. Perdió la vida a las 22.40 horas en el hospital de Lille rodeado de su familia. Murió por un ataque cardiaco contra el cual toda la asistencia médica no sirvió para nada”, rezaba el comunicado escrito sobre un fondo negro.
La caída se produjo sobre el kilómetro 100 de la prueba, a 157 del famoso velódromo de Roubaix, donde ganó el campeón del mundo, el eslovaco Peter Sagan (Bora). Goolaerts perdió el control de su bicicleta en el segundo tramo de pavés de la jornada, el que va desde Viesly a Briaste. Se trata de un intervalo de 3.000 metros catalogado de tres estrellas sobre cinco. Enseguida quedó inconsciente. Fue atendido por los médicos de la prueba y trasladado en helicóptero al hospital de Lille. Conocida como el Infierno del Norte y considerada como uno de los grandes monumentos del ciclismo, la París-Roubaix contaba en su recorrido de este 2018 con 54,4 kilómetros de adoquines.
Para Goolaerts era su primera participación en la clásica. Sí que había participado dos veces en el Tour de Flandes, aunque no terminó. Esta temporada Goolaerts estuvo en España compitiendo en la Vuelta a Murcia, en la clásica de Almería y en la Ruta del Sol. El belga saltó a profesionales en el 2016 con el Lotto-Soudal. Y hace un mes, a principios de marzo, obtuvo su mejor clasificación en una carrera al entrar noveno en la Johan Museeuw Classics. Uno de sus compañeros es Wout van Aert, campeón del mundo de ciclocross que está impresionando en las clásicas.
Goolaets no es el primer ciclista que pierde la vida en competición, aunque en 2017 no hubo que lamentar ninguna desgracia. En 2016 Daan Myngheer murió de un infarto en la primera etapa del Critérium Internacional y el también belga Antoine Demoitié falleció al ser atropellado por una moto tras una caída en la Gante-Wevelgem. Ni siquiera las grandes vueltas están exentas de este drama. En 2011 Wouter Weylandt perdió la vida en la tercera etapa del Giro de Italia y en 1995 Fabio Casartelli murió en el Tour de Francia. En 1999 fue la Volta a Catalunya la que se tiñó de luto con la muerte del sprinter Manuel Sanroma en Vilanova i la Geltrú.