La Vanguardia

La banca española desafía a Visa y Mastercard con una tarjeta propia

Las entidades se adaptan a los cambios en los medios de pago y las ‘fintech’

- CONCHI LAFRAYA

Ante la amenaza de algunas fintech y la revolución que vive el sector de medios de pago, la banca española prepara una nueva tarjeta de pago made in Spain, que además competirá con los actuales sistemas, como Visa o Mastercard.

Cuando en febrero de este año se aprobó la fusión entre los tres sistemas de medios de pago (Servired, 4B y Euro 6000), el organismo de Competenci­a que dirige José María Marín Quemada instó a la banca a crear su propia tarjeta. Y las entidades financiera­s se pusieron manos a la obra. Algunas fuentes apuntan que el nuevo proyecto podría presentars­e después del verano, aunque ya se están efectuando pruebas piloto. España ha tomado el ejemplo de países como Francia o Alemania, que también han lanzado al mercado tarjetas autóctonas.

Ese nuevo plástico, que muchos consumidor­es llevarán en sus bolsillos, aún no tiene nombre. La banca tampoco quiere dar muchas pistas a la competenci­a. Pero beneficiar­á a las entidades con menor número de cajeros, puesto que tendrá que pagar menos comisiones a sus competidor­es por el uso de la tarjeta única.

En cualquier caso, supondrá un órdago para Visa y Mastercard puesto que se quiere explorar acuerdos con aquellos países en los que existe una red única de cajeros. En Francia, Carte Bleu, o en Alemania la red Girocard gestionan prácticame­nte el 100% de los cajeros de los respectivo­s países.

En España el pago con dinero de plástico va a más. Según los datos del Banco de España , las tarjetas se utilizan cada vez más tanto para sacar dinero en efectivo, como para pagar en los comercios, gasolinera­s, etcétera. De los cajeros en el 2017 se sacaron 122.473 millones, un 3,5% más que el año precedente. Mientras que se realizaron 3.429 millones de operacione­s con tarjetas en los comercios. Según datos del BCE, el censo de tarjetas de crédito y débito en España es de 78,47 millones, lo que supone casi dos tarjetas por ciudadano.

En este contexto donde cada vez se paga menos en efectivo, la CNMC ha impuesto algunas exigencias para evitar la concentrac­ión, puesto que van a participar casi todas las grandes entidades financiera­s. Entre los requerimie­ntos del regulador destaca que el cliente siempre pueda elegir el operador a utilizar y que las comisiones sean iguales o inferiores a las actuales para los usuarios.

La creación del nuevo dispositiv­o doméstico ahorrará los costes aplicados por los emisores internacio­nales, pero obligará al usuario a elegir en todo momento con cargo a qué tarjeta se aplica su compra, con lo que le podría llevar en su cartera todavía más tarjetas.De hecho, desde el 2016, el pago con tarjetas de débito y crédito superó por primera vez al abono en efectivo. De ahí, que la banca no quiera perder esta oportunida­d. Y busque, al mismo tiempo, crear una tarjeta de fácil uso, segura e incluso que se pueda activar desde el móvil.

Desde hace dos años, los pagos con tarjetas de crédito y débito superan a los abonos en efectivo

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MARC ARIAS / ARCHIVO Cada ciudadano tiene de media dos tarjetas bancarias para pagos

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