La Vanguardia

Rabat se rearma y amaga con una intervenci­ón militar en el Sáhara

Marruecos lleva semanas acusando al Polisario de incursione­s en la zona tampón

- ADOLFO S. RUIZ Sevilla

Marruecos se encuentra en “estado de alerta y de movilizaci­ón nacional” ante lo que considera “gravísimas violacione­s” por parte del Frente Polisario de las condicione­s del acuerdo de alto el fuego, que entró en vigor el 6 de septiembre de 1991 en el Sahara. El portavoz del Gobierno, Mustafa al Jalfi, justificó esta situación “por las violacione­s flagrantes de las resolucion­es de las Naciones Unidas por parte de los separatist­as”.

Rabat lleva dos semanas acusando al Polisario de incursione­s reiteradas al este del muro de contención, cerca de la frontera con Argelia, en las zonas de Tifariti y Bir Lahlu, a lo que se añade el contencios­o en el sur del Sáhara, en Guergarat, que se arrastra desde el año pasado. La ONU mantiene una actitud de prudencia y no confirma las acusacione­s marroquíes, mientras para el Frente Polisario “Marruecos está intentando hacer descarrila­r el proceso de paz con su tradiciona­l retórica agresiva”.

Según los acuerdos vigentes de alto el fuego, las actividade­s militares están prohibidas en las conocidas como zona tampón o tierra de nadie, cinco kilómetros al este y el oeste del muro de contención que se levantó para evitar enfrentami­entos directos entre fuerzas marroquíes y saharauis, apoyadas por sus aliados argelinos. Un territorio que el Polisario considera “tierra liberada” y Marruecos parte de su integridad nacional, cedido a la administra­ción de la ONU.

A principios de mes el ministro marroquí de Asuntos Exteriores, Naser Burita, viajó a Nueva York para mostrar al secretario general de la ONU, António Guterres, supuestas pruebas gráficas de que el Polisario ya tenía levantados varios cuarteles en la zona prohibida. También llevó un mensaje del rey Mohamed VI, en el que acusaba a Argelia de “financiar, proteger, armar y sostener diplomátic­amente al Polisario”. “Si la ONU no hace nada, Marruecos considerar­á la situación como casus belli con todas las consecuenc­ias”, concluyó Burita.

Sin embargo, no es la primera vez que el Polisario se deja ver y organiza actividade­s oficiales en Bir Lahlu, escenario habitual de desfiles militares; lugar donde se proclamó la República Árabe Saharaui Democrátic­a hace 42 años y donde está enterrado su líder histórico, Mohamed Abdelaziz. Hasta ahora, Marruecos no había alzado el tono con tanta vehemencia como en estos últimos días.

Al estado de movilizaci­ón nacional se ha sumado en los últimos días diversas informacio­nes militares. Un think thank londinense especializ­ado en cuestiones políticas y militares ha desvelado que antes de final de mes llegarán a Casablanca 48 carros de combate norteameri­canos Abrams M1 A1, que se unirán a los 42 que ya están en manos de las Fuerzas Armadas Reales (FAR) marroquíes. En total, Estados Unidos proporcion­ará a Marruecos 384 carros de este tipo en los próximos años.

También se ha informado de la entrada en funcionami­ento de baterías de misiles de fabricació­n china capaces de transporta­r ojivas de 200 kilos de gran poder de destrucció­n. También varios testigos han subido a las redes sociales imágenes de convoyes militares desplazánd­ose hacia el este y el sur del país, precisamen­te los puntos calientes en esta nueva crisis entre Marruecos y el Polisario.

El pasado domingo los líderes políticos marroquíes firmaron la declaració­n de El Aaiún, en la que se apela a utilizar “todos los medios que sean necesarios para restablece­r la integridad territoria­l marroquí”. El primer ministro, Sadedin al Othmani, señaló que “la gravedad de la situación necesita una reacción firme que se debe sentir a todos los niveles”. Algunas intervenci­ones tuvieron un marcado acento marcial, entre ellos el líder de la nacionalis­ta Asociación Nacional de Independie­ntes (RNI), Aziz Akanush, que dijo: “El Reino hasta ahora no ha recurrido a medidas coercitiva­s, pero está en su pleno derecho a hacerlo. Podemos adoptar cualquier solución, por dura que sea”.

El próximo informe de la ONU sobre la situación en el Sáhara se conocerá el miércoles 25 de abril. El borrador que se ha filtrado expresa la preocupaci­ón de la Misión de Paz (Minurso) sobre los incidentes en la zona sureña de Guergarat, pero no hace alusión a las denuncias marroquíes sobre incursione­s del Polisario en Tifariti y Bir Lahlu. El contingent­e de la Minurso está compuesto, con datos de finales de marzo, por 225 cascos azules que únicamente realizan acciones de vigilancia durante el día y no se aventuran

El movimiento dice que los marroquíes intentan boicotear el proceso de paz con su retórica agresiva

más allá de un radio de 100 kilómetros en torno a sus puestos de observació­n.

Abdelah Kurabi, analista marroquí, considera que lo más probable es que “el Polisario dé un paso atrás, parcial o total, verdadero o no, antes del informe de la ONU. En ese caso, Marruecos volverá a conceder una oportunida­d a la diplomacia”. Si ese repliegue no se produce, “todas las opciones están sobre la mesa en Rabat”.

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ABDELJALIL BOUNHAR / AP El primer ministro, Sadedin al Othmani, el lunes en El Aaiún
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LA VANGUARDIA

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