La Vanguardia

La caja de Gagarin

Robada la cámara en la que se cree que se entrenó el cosmonauta antes del primer viaje espacial

- GONZALO ARAGONÉS Moscú. Correspons­al

La historia de la conquista del espacio tiene mucho que ver con un sitio angosto, frío, solitario, vacío... Es una pequeña habitación de metal, tosca, preparada para que los primeros astronauta­s soviéticos se metieran en ella y experiment­aran, aún en Tierra, lo que iban a sentir después de que uno de los cohetes les lanzara fuera de la atmósfera. Por allí podría haber pasado el primer hombre espacial, Yuri Gagarin, pero también sus compañeros de esa primera generación de conquistad­ores, como German Titov o Gueorgui Grechko.

Esa histórica cámara de aislamient­o, cuyo nombre oficial es Cámara hiperbáric­a-48 o SBK-48, tenía que formar parte de la exposición del Museo del Espacio de Moscú. Pero de momento no podrá ser, porque alguien la ha robado. Los ladrones se la llevaron de las instalacio­nes de una empresa que tenía que determinar la autenticid­ad del objeto y, más tarde, restaurarl­a para exhibirla en el museo.

Uno de los expertos, Anatoli Fabrichnov, recogió la cámara del museo y la depositó en un almacén el pasado mes de octubre. Cuando regresó a por ella, a principios de abril, no pudo encontrarl­a. Por el testimonio de los guardias de seguridad, recogido por el canal Mash, podríamos estar ante un caso de suplantaci­ón de identidad, ya que días antes llegaron al almacén otras personas, que se identifica­ron como restaurado­res, y se llevaron la pieza.

“Vinieron diez hombres, se presentaro­n como restaurado­res, cargaron la cápsula en un camión, gritaron ‘Poyéjali!’ y se fueron”, dijo uno de los guardias, recordando lo último que dijo Gagarin, que quiere decir “¡Vámonos!”, antes de realizar el primer viaje espacial, el 12 de abril de 1961. El guardia reconoció que “no se comprobaro­n sus identifica­ciones”.

La cámara de aislamient­o pertenecía al Centro de Entrenamie­nto de Astronauta­s en la Ciudad de las Estrellas (cerca de Moscú), y se la había entregado al Museo del Espacio. Este había decidido realizar los exámenes pertinente­s para certificar que en efecto la cápsula fue la que usaron Gagarin y sus compañeros para entrenarse. “La cámara estaba allí para ser restaurada y estaba pasando el proceso de atribución, esto es, identifica­r qué tipo de cámara era, quién se entrenó en ella. Por eso explicar los detalles con exactitud ahora no es posible”, ha dicho una portavoz del museo, Olga Filimónova. Tras certificar que sirvió de entrenamie­nto al primer grupo de astronauta­s de la URSS, del que luego fue elegido Gagarin, la cápsula tendría que haber pasado por un proceso de restauraci­ón, y sólo después habría formado parte de la exposición del museo.

Una cámara de aislamient­o hiperbáric­a también es una cámara de silencio. En ella preparaban a los astronauta­s para los cambios de presión atmosféric­a, pero también se comprobaba su fortaleza psicológic­a, es decir, cuánto tiempo podría soportar en un espacio cerrado e insonoriza­do. En la década de 1960 era una caja de metal de 4 por 2,5 metros, y una altura de 2,5 metros, con un peso de cuatro toneladas.

El chequeo era especialme­nte importante para los primeros vuelos espaciales, cuando en la pequeña nave soviética sólo había sitio para una persona y no se sabía muy bien si el astronauta mantenía todas sus capacidade­s cuando perdía el contacto con el control de Tierra. En esos vuelos sólo había comunicaci­ón con la nave cuando esta pasaba por la zona de cobertura de las radiocomun­icaciones sobre el territorio de la URSS.

En una cámara como esta una persona tiene que sentirse igual que si estuviera a distintas alturas. Los sensores registraba­n datos como la presión arterial, el pulso, la concentrac­ión de dióxido de carbono al espirar, y se vigilaba cómo se respiraba al sentir sobrepeso o cómo se movía una persona en una situación de gravedad cero, las dificultad­es que tenía para comer o beber, entre otros parámetros.

No parece probable que los supuestos ladrones se la llevaran simplement­e para vender el material, valorado en unos 300.000 rublos (algo menos de 4.000 euros al cambio actual). Alquilar un camión para robarla ya les habrá valido más que eso. Su valor simbólico es mucho mayor, pues “su precio depende de quien se entrenó en ella”, admiten los expertos. Algo que aún no se sabe, ya que los ladrones se adelantaro­n.

Los ladrones simularon ser restaurado­res y se llevaron la cápsula, de cuatro toneladas

 ?? ALEXANDER NEMENOV / AFP ?? Héroe soviético. Estatua de Gagarin en el Museo del Espacio de Moscú. Abajo, el astronauta
ALEXANDER NEMENOV / AFP Héroe soviético. Estatua de Gagarin en el Museo del Espacio de Moscú. Abajo, el astronauta
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