El adiós de Wenger
El entrenador del Arsenal, sexto en la Premier, anuncia que esta será su última temporada
El fútbol despedirá este verano a uno de los nombres, si no con más título, sí con más solera del balompié, un Arséne Wenger que ha permanecido al frente del Arsenal londinense durante 22 temporadas, contra viento y marea, sin que a él ni a su club les importara que en este tiempo sólo haya logrado tres ligas (la última, en el 2004), un rara avis en un mundo dominado por el resultadismo.
Que Arsène Wenger dimita (y sin haber sido pillado falsificando ninguno de sus muchos títulos), quiere decir que cualquier cosa es posible en la vida. El incombustible entrenador del Arsenal, en el puesto desde hace 22 años pese a la creciente oposición de un considerable sector de la hinchada, ha aceptado finalmente que el tren ha pasado por su estación sin parar. Sexto en la Premier League, la friolera de 33 puntos detrás del City y por segundo año consecutivo fuera de los puestos de Champions, el Arsenal no ha tenido más remedio que asumir la necesidad de un cambio. O de una revolución.
Que Wenger, de 68 años, haya quedado desfasado en comparación a los Guardiola, Klopp, Conte y Pochettino (Mourinho está en una categoría aparte, no queda claro si se le ha pasado o no el arroz), no quita sus fabulosos logros en el fútbol inglés. De hecho, puede presumir de ser el primer entrenador extranjero que ganó la Premier, y el que más ha hecho por modernizarla, por enterrar la cultura del alcohol, el chocolate y todo tipo de excesos prevalentes cuando él llegó. Ha permanecido tanto tiempo en el cargo que el anuncio de su retirada, más que la noticia de una dimisión, parece un obituario.
Es difícil imaginar al Arsenal sin Wenger, pero la vida sigue y ya se especula con su posible sucesor, alguien que revolucione el equipo sin cambiar el estilo (el club del norte de Londres tiene muchas cosas en común con el Barça), y sea capaz de competir por la liga, sin los recursos casi ilimitados del City y el United (y el Chelsea, si Abramovich quiere aflojar la cartera). El favorito es el extécnico del Borussia Dortmund Thomas Tuchel, pero en la ecuación aparecen también el seleccionador alemán Joachim Löw, Carlo Ancelotti y el francés Patrick Vieira, apadrinado por el técnico saliente.
Ganador de tres ligas (una de ellas imbatido) y siete copas, el palmarés de Wenger es extraordinario y lo sitúa en compañía de Ferguson, Clough, Dalglish, Paisley, Busby, Shankly y los entrenadores históricos del fútbol británico. Su problema es que triunfó enseguida, pero hace catorce años que no se come un rosco en la liga. Y en la Champions no ha vuelto a hacer como quien dice acto de presencia desde que perdió la final de París contra el Barcelona en el 2006.
El éxito fulminante de Wenger se sustentó en una revolución científica y táctica, apoyada en jugadores sensacionales como Dennis Bergkamp y Patrick Vieira, en la capacidad de sacar lo mejor de otros como Robert Pires, Marc Overmars y Emmanuel Petit, y de captar a jóvenes estrellas como Cesc Fàbregas. Pero la desaparición de su magia coincidió con la llegada de Mourinho a Inglaterra, y la aparición de una nueva cultura de gasto desmesurado en fichajes que el Arsenal no estaba dispuesto a seguir. Y optó por una relativa austeridad. Wenger siempre ha dicho que tenía dinero para fichar, pero lo cierto es que no lo ha gastado con la alegría de sus rivales, a pesar de atraer a Özil o Alexis Sánchez. Pero el chileno, como antes Van Persie y otros, se cansó de la mentalidad rácana del Emirates y forzó el traslado a Old Trafford. Aún está por ver el resultado de adquisiciones recientes como Aubemeyang, pero un repaso a la alineación de los gunners demuestra que no están en condiciones de competir por los grandes títulos. El francés tal vez fuera parte del problema, pero no el único, ni mucho menos.
TÍTULOS Y ESTILO
El alemán Thomas Tuchel, ex del Borussia, es el gran favorito para sucederle y preservar la filosofía del club