RETALES
Sindicatos.
Media España no perdona a UGT y Comisiones su presencia en la manifestación del domingo. Los acusan, como Albert Rivera, de apoyar la independencia. Quizá no caigan en un detalle: en Catalunya no hay sindicato soberanista, como en el País Vasco. En algún sitio se tienen que afiliar los trabajadores independentistas catalanes.
Podemos.
Quizá sea un partido demasiado autoritario. Quizá responda demasiado al viejo esquema de “todo el poder para el jefe”. Quizá su democracia interna sea más teórica que real. Pero tiene una ventaja sobre otros partidos de izquierda: es contundente para abortar una conspiración.
Dinero.
El cabreo de la semana es este: que Bernat Soria tenga que mendigar 17 millones de euros para un medicamento que curará la diabetes 1 y es además de patente española, y se han derrochado más de 100 millones en la Ciudad de la Justicia de Madrid que nunca se construyó.
Robot.
En Japón se inaugura una experiencia apasionante: un robot candidato a una alcaldía. Y yo me pregunto: ¿qué diferencia hay entre un robot que decide sobre algoritmos y un gobernante humano que decide sobre informes y no pisa la calle? Casi me quedo con el robot.
Empleo.
Escuchado en la cola del pescado. Dos amigas, o no tanto, se encuentran y se saludan alborozadas: “¡Mi hija se ha colocado!”, exclama una. Y la otra: “Sí, pero a la mía la han hecho fija”.