Infelices 2.0
Los cambios en el ámbito de la comunicación han llegado más rápido de lo que nosotros, como sociedad, podemos gestionar. Internet y las redes sociales han cambiado nuestras vidas de un modo del que aún no somos conscientes por completo.
Las redes sociales nos proporcionan, además de adicción (con todo lo negativo que esto conlleva), una sensación de infelicidad constante y la necesidad de hacer méritos a todas horas y de impresionar a los demás, mostrando momentos seleccionados de nuestra vida en Facebook o Instagram. La mayoría de la gente ya no hace nada que no puedan fotografiar y compartir para añadir valor social a su perfil online. Ya no van al restaurante con la mejor comida, sino al que tiene el plato más bonito, o el gin-tonic más llamativo.
Ahora la moda es viajar (aunque te cueste llegar a fin de mes) para subir la foto de turno en Instagram. Porque cuando eres el que está detrás de la pantalla como mero observador te sientes infeliz, con la sensación de que a todos los demás les va mejor que a ti. Pero la realidad es que todos nos sentimos igual, y que quizás sea el momento de dejar las redes sociales a un lado.
S. VELÁZQUEZ SUÁREZ Girona